Opinión de Joaquim Coll

Maragall, peor que nunca

Lo de recurrir a un lema de los años 80, que es patrimonio de todos, refleja falta de imaginación y proyecto

Ernest Maragall, candidato a la alcaldía de Barcelona, participa en un acto de apoyo a su candidatura

Ernest Maragall, candidato a la alcaldía de Barcelona, participa en un acto de apoyo a su candidatura / MARTA PÉREZ/EFE

Joaquim Coll

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Cuando el alcaldable de ERC, Ernest Maragall, tiene que recurrir a unos de los eslóganes más icónicos del maragallismo barcelonista (el de su hermano Pasqual), como fue el maravilloso 'Barcelona, més que mai', pero cambiando el nombre de la ciudad por su apellido, significa que en su equipo de campaña andan más bien desesperados. Revela que el candidato Ernest no está mejor, sino acaso peor que nunca. Hay que precisar que el padre de la exitosa campaña que en su día nos hizo recobrar el orgullo de ser barceloneses fue Enric Casas, creador de otros mensajes municipales afirmativos como 'Visc(a) Barcelona', y que para más señas se encargó durante muchos años de la publicidad electoral del PSC. Y que se sepa Casas no apoya al 'tete' Maragall. Como tampoco el exteniente de alcalde Ramon García-Bragado, cuyo nombre ha sido utilizado en un manifiesto junto a Alberto Guijarro, director de la Primavera Sound, Enric Morist, coordinador de la Creu Roja de Catalunya, o el escritor Jordi Amat. Lo de recurrir a un lema 'ochentañero', que es patrimonio de todos, refleja falta de imaginación y proyecto, pero lo de dar por buenas adhesiones sin un sí explícito de los firmantes es una tremenda metedura de pata. Parece que en ERC lo del "solo sí es sí” no lo acaban de tener claro.

El drama del republicano Maragall, que en 2019 quedó primero por muy poco, es que se está descolgando en la disputada carrera por la alcaldía. Es quien más sufre el regreso de la figura de Xavier Trias, convertido en una especie de candidato escoba anti-Colau, cuya estrategia es no decir nada y que se mantenga en pie la cortina del olvido sobre su paso por el Ayuntamiento entre 2011 y 2015. En ERC muchos desearían tener otro candidato, a alguien que no hubiera sesteado los últimos cuatro años, pero Oriol Junqueras no se atrevió a descabalgar a Maragall, hombre de inmenso genio, ego y figura, como sí hizo en 2018 con Alfred Bosch, pese a haber sido elegido en primarias. Tampoco Trias es un jovenzuelo, son de la misma quinta, pero va de moderno asistiendo a la Kings League, y encomendándose a Gerard Piqué. 

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