Realidades incómodas de la OTAN y la UE

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, este martes en Bruselas.

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, este martes en Bruselas. / DPA

Eliseo Oliveras

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La OTAN y la Unión Europea (UE), bajo la égida del presidente norteamericano Joe Biden, definen la guerra de Ucrania como un "combate de la democracia contra el autoritarismo" y se presentan encabezando una "coalición global" que está aislando internacionalmente a Rusia. Pero esta visión oculta realidades muy incómodas para la OTAN y la UE y el autoengaño siempre conduce a graves errores políticos. Rusia es un régimen autoritario y represivo, pero no todos los miembros de la OTAN y la UE son democracias. Turquía y Hungría son regímenes autoritarios con elecciones y el retroceso democrático en Polonia es tan marcado que desde 2017 tiene abierto un expediente en la UE por deterioro grave y persistente de la democracia.

A nivel mundial, sólo una cuarentena de países han aplicado alguna sanción contra Rusia e incluso un destacado miembro de la OTAN como Turquía ha rechazado aplicar cualquier sanción contra Moscú y ayuda a Rusia a sortear las sanciones occidentales. Ningún país de Latinoamérica, África y Asia (salvo Japón, Corea del Sur, Taiwán y Singapur) ha adoptado sanciones contra Rusia y sólo el 8,5% de las compañías occidentales han retirado sus inversiones de Rusia. El informe de la Conferencia de Seguridad de Múnich de este año reconoce claramente que Occidente está perdiendo el apoyo del resto del mundo, definido como el "Sur Global".

Defensa de la democracia

La defensa de la democracia y las libertades encabeza el Tratado del Atlántico Norte de 1949, fundador de la OTAN. Pero los líderes de la Alianza Atlántica han demostrado desde entonces que esos principios son meras palabras destinadas a las declaraciones oficiales, ya que la dictadura portuguesa de Antonio Oliveira de Salazar fue uno de sus estados fundadores y posteriormente la OTAN amparó la dictadura de los coroneles en Grecia (1967-1974) y los sucesivos golpes de Estado militares en Turquía, en especial el de 1980 con su masiva y brutal represión.

Hungría puede definirse como una dictadura suave, señalan los juristas Petra Bard y Laurent Pech, donde desde hace más de una década se han modificado las leyes electorales para hacer imposible la victoria de la oposición, los medios de comunicación están al servicio del poder y el partido gobernante Fidesz controla todos los resortes del Estado, la cultura y la sociedad civil. Pero la oposición y los críticos no son detenidos en Hungría, aunque quizá no encuentren buen empleo.

Turquía, bajo la dirección del presidente Recep Tayyid Erdogan, se ha convertido en un régimen autoritario muy represivo, donde se encarcela a diputados, alcaldes, académicos, escritores, periodistas y cantantes. Incluso se persigue a los jueces que se atreven a absolver a filántropos e intelectuales críticos.

Victoria judicial de Erdogan

Erdogan ha logrado ya la primera victoria judicial para encarcelar e inhabilitar políticamente al principal líder de la oposición y alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, para que no pueda competir con él en las elecciones presidenciales del 18 de junio. Erdogan también impulsa la ilegalización del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), tercera fuerza parlamentaria, cuyas cuentas bancarias ya ha logrado bloquear judicialmente. Ante las críticas por la gestión del terremoto, Erdogan acaba de cerrar el foro de discusión en internet más usado del país, ha suspendido la emisión de dos canales de televisión y ha detenido a decenas de internautas. Erdogan además bloquea desde hace meses el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN.

Mientras el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha evitado expresar en sus declaraciones la más mínima crítica a la represión que padecen los ciudadanos y la oposición turca, la UE al menos en los últimos meses ha mostrado cierta firmeza con las derivas autoritarias de Hungría y Polonia, suspendiendo el desembolso de parte de las ayudas europeas.

'Caballo de Troya' de Moscú

Hungría ha quedado cada vez más aislada en la UE y la OTAN, no por su autoritarismo, sino porque actúa como caballo de Troya de Moscú. Polonia, gracias a su belicosidad contra Rusia, ha ganado peso político en la OTAN y la UE y hace olvidar el autoritarismo y la xenofobia de su ultraderechista Gobierno del partido Ley y Justicia (PiS), que tiene el sistema judicial bajo control, que busca silenciar a la prensa crítica con la asfixia financiera y avalanchas de demandas judiciales y que procesa a historiadores que explican la colaboración polaca en las persecuciones antisemitas nazis. La solemne visita de Biden a Varsovia es la última muestra del blanqueo de un régimen antimodélico.

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