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Gerard Piqué sale de caza

El futbolista acudió a una cita especial de la Academia Catalana de Gastronomía, rodeado de personalidades económicas y políticas

Gerard Piqué con el presidente de la Academia de Gastronomía y Nutrición, Carles Vilarrubí en el restaurante La Venta.

Gerard Piqué con el presidente de la Academia de Gastronomía y Nutrición, Carles Vilarrubí en el restaurante La Venta. / EL PERIÓDICO

Joan Vehils

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Llegó puntual a la cita. Aparcó en la misma puerta como hacen los futbolistas. Le acompañaba el periodista que menos duerme de Catalunya y se sentó en la mesa presidencial de la quinta ‘Comida de Caza’ que celebra la Academia Catalana de Gastronomía que preside Carles Vilarrubí. Gerard Piqué reapareció este martes en un acto social. Fue en el restaurante La Venta. No quiso ni fue el protagonista. Entre otras cosas porque allí estaban el expresident Artur Mas, el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, el presidente del Cercle d’Economía, Jaume Guardiola, el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, el empresario Artur Carulla o el citado Jordi Basté y el también periodista Joan Tapia. Piqué tampoco fue el centro de atención porque esa cuota la asumió Vilarrubí. El exvicepresidente del Barça dejó a todos boquiabiertos cuando, en su discurso, anunció que había salido del armario. Hubo un silencio dubitativo y todo tipo de miradas hasta que lo confesó abiertamente: "Soy cazador". Lo dijo con orgullo, sin miedo y defendiendo la necesidad de la existencia de los cazadores. "Sí, soy cazador como lo fueron Mandela, Churchill o Delibes", siguió argumentando. "Menos jabalís tendríamos por las calles si hubiera más cazadores", soltó un encorbatado asistente.

Artur Mas mostraba su temple habitual y eso que ese mismo día había declarada en la SER que "el proceso independentista está en decadencia". Mientras, Jordi Sánchez, pegado al teléfono de su abogado Jordi Pina, mostró su preocupación por la última sentencia judicial. El que fuera apartado de la cúpula de Junts piensa que "con la actual aplicación de la ley, entrará más gente a la cárcel y otros muchos serán juzgados".

A todo eso, Gerard Piqué, mantenía su discreción. Parecía ajeno a que fuese San Valentín o a la aparición de una nueva y ya cansinas canciones de Shakira. El exfutbolista tiene centradas sus prioridades en sus hijos y en su King’s League. Se marchó antes para ir a buscar a los niños a la escuela. "Me hace mucha ilusión que se celebre la final de la King’s en el Camp Nou", comentó mientras degustaba un excelente arroz de perdiz a la cazuela seguido de unos lomos de gamo con trufa y salsa de vino del país.

Elsa Artadi, que tampoco se prodiga mucho en actos públicos, llegó con Heribert Padrol. Cerca de ellos, entre empresarios, banqueros y gente bien, estaba el ilustre, Eduardo Mendoza, a quien le gusta comer, pero sabe cuidarse. La chef del restaurante Les Cols, Fina Puigdevall, dio cuenta de una comida excelente y Vilarrubí de un notable poder de convocatoria. No detecté ni un solo votante de Ada Colau.

Supe también que Sandro Rosell está por la labor de que su hotel de Senegal tenga el mejor restaurante de África con cocineros autóctonos. El director de la escuela de hostelería Joviat, Jordi Vilaseca, se ofreció para ayudarle. Por su parte, los académicos Josep Maria Sanclimens y Rosa Mayordomo comentaban el nuevo libro de Arturo San Agustín sobre Sophia Loren. Pues eso, un éxito del que no se escapan los restauradores, Lluís Vinyes y Josep Vilella, de La Venta y, Cristina Sánchez, de la Academia.

Arturo San Agustín junto a su editora, Ester Pujol

Arturo San Agustín junto a su editora, Ester Pujol / EL PERIÓDICO

San Agustín no es un santo

Bajando por la avenida del Tibidabo llamo al escritor y periodista Arturo San Agustín. Me explica que Sophia Loren siempre ha tenido la obsesión de comer bien y de que la gente que le rodeara, también: "Pasó hambre de pequeña y eso se refleja en su hospitalidad". A Arturo también le gusta comer, pero mucho más contar historias, descubrir anécdotas o desvelar secretos. Y eso es lo que narra en su novela ‘La pamela roja de Sophia’ (Catedral). San Agustín conoce bien Italia, no hay mes que no viaje a Roma. En el Vaticano tenía una puerta abierta hasta que llegó al actual Papa, pero Francisco no es de su agrado. Lo considera un populista. No obstante, siempre tiene algún cómplice en la Santa Sede que le explica lo que allí dentro sucede... Por eso, el libro, según su editora, Ester Pujol, es una mezcla del retrato de la actriz con pinceladas de Roma y del Vaticano, pero también de Nápoles. Vale mucho la pena. Por cierto, San Agustín, que en su juventud fue el mejor publicista que ha tenido Barcelona, pasea cada día por la Diagonal. Conoce nuestra ciudad como cada una de las baldosas de la Piazza San Pietro. Si uno fuese candidato a la alcaldía, ya lo hubiese fichado.

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