APUNTE

Pobre fútbol español, por Mónica Marchante

Imagen del Camp Nou.

Imagen del Camp Nou. / JORDI COTRINA

Mónica Marchante

Mónica Marchante

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La noticia de los pagos efectuados por el FC Barcelona a la empresa de Enríquez Negreira mientras era vicepresidente del CTA, destapada por la SER, es de lo más grave que ha pasado en el fútbol español. Y no, no creo que el Barça haya comprado a los árbitros. Ni que ningún árbitro español se venda a ningún club. Ni hoy ni ayer. La cuestión es otra y se repite.

Algunos de los dirigentes del fútbol español ignoran lo que significa el conflicto de intereses. Como Rubiales, que no vio problema alguno en negociar comisiones con un jugador en activo como era entonces Piqué, participante en la competición sobre la que él mismo negociaba para su empresa la tajada que se iba a llevar, en función de los clubes que participasen en la Supercopa de España. No pasó nada. Lo único que cambió tras saltar el escándalo fue la forma de retribución del presidente de la RFEF.

Ahora resulta que el Barça pagó ingentes cantidades a un exárbitro en conceptos que no están claros mientras era vicepresidente de los árbitros, dejando además de hacerlo justo cuando Enríquez Negreira abandonó ese cargo. Y el Barça actual, lejos de escandalizarse, abrir una investigación interna e intentar desmarcarse de semejante barbaridad, dice a través de Laporta que “no es casualidad que esto salga ahora”. Ya estamos en cifras de 7 millones de euros desde 2001.

¿En serio? ¿Quieren que nos comamos que el problema aquí es cuándo salen las cosas? 

¿Y la RFEF? ¿Y la Liga? Pues que el caso habría prescrito y que se sumarán a la acusación particular si llega el caso. Igualito que en Italia o ahora en lnglaterra. Menuda imagen al mundo. ¿No ven el gravísimo daño reputacional que sufre el fútbol español con algo así? Tan enfrascados ellos, Tebas y Rubiales en sus peleítas, sus vídeos, sus comunicados, sus egos, en vez de intentar recuperar credibilidad, que falta hace.

Resulta que aquí el problema es que los periodistas saquen las noticias en momentos que no les conviene, que se filtren audios, que no se pregunte nada en los partidos de fútbol, no se vayan a incomodar los señores. Los árboles no les dejan ver el bosque, y lo malo es que el bosque está ardiendo y no hay bomberos. Ellos a sus cosas. Pobre fútbol español.

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