Artículo de Georgina Higueras

La guerra de los 'globos espías'

El avance de las capacidades militares de China pone cada día más nervioso a EEUU. Washington percibe que, ante una hipotética guerra con China, el tiempo corre en su contra y utiliza crecientes medios para frenarla e impedir que le arrebate la primacía mundial

Marineros americanos recogen un globo de vigilancia chino frente a la costa de Myrtle Beach, Carolina del Sur, en el océano Atlántico el 5 de febrero

Marineros americanos recogen un globo de vigilancia chino frente a la costa de Myrtle Beach, Carolina del Sur, en el océano Atlántico el 5 de febrero / Petty Officer 1st Class Tyler Th / US NAVY

Georgina Higueras

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En la 'paz caliente' que viven EEUU y China cualquier excusa es buena para desatar una guerra y ahora toca el turno a los 'globos espías'. La decisión de Washington de derribar el que, según China, sobrevolaba “por accidente” el territorio estadounidense ha sacado a la luz la delgada línea de confrontación que separa a una superpotencia de la otra y el peligro que supone no tener abiertos canales eficaces de comunicación.

El espionaje forma parte de la relación entre países y más si son rivales (Snowden destapó en 2013 que EEUU espiaba incluso a sus aliados más cercanos). Tal vez por ello, Washington y Pekín habían hecho hasta ahora la vista gorda a los objetos voladores utilizados por ambos, pues, según Pekín, solo el año pasado globos de EEUU navegaron en 10 ocasiones a gran altitud por el espacio aéreo chino. El derribo de la aeronave civil no tripulada es “un abuso de fuerza y una reacción exagerada”, declaró China, sin reconocer la chapuza de que volase a baja altura, pero la nueva política estadounidense se tomó el 4 de febrero y, en los días siguientes, EEUU abatió otros tres, uno de ellos a petición del Gobierno de Canadá por encontrarse en ese espacio aéreo. 

A nadie se le escapa que, en plena guerra tecnológica, a Washington le ha venido muy bien examinar el globo para ver qué información captaba, la capacidad y la tecnología y para sancionar a otras empresas chinas. Cuando en 2001 China hizo aterrizar en la isla de Hainan un avión espía de EEUU, los 24 ocupantes fueron arrestados y el aparato, desmontado pieza a pieza. El piloto chino de uno de los cazas que lo interceptó murió. Tras la carta de disculpa de Washington, los estadounidenses fueron liberados y meses después se entregó el avión troceado.

El avance de las capacidades militares de China pone cada día más nervioso a EEUU. Washington percibe que, ante una hipotética guerra con China, el tiempo corre en su contra y utiliza crecientes medios para frenarla e impedir que le arrebate la primacía mundial. A su vez, esta hostilidad hace que Pekín se vuelva más agresivo, incremente sus fuerzas nucleares (de 400 ojivas actuales a 1.000 en 2030, según EEUU) y adelante a 2027 el empeño de modernizar el Ejército Popular de Liberación y convertirlo en una fuerza capaz de ganar guerras. 

El EPL ha evolucionado de forma extraordinaria en los últimos 20 años, pasando de ser un Ejército terrestre centrado en la guerra popular a una poderosa maquinaria militar de fuerzas combinadas. Hoy su Armada es la más numerosa del mundo, con 348 buques frente a los 293 de EEUU, aunque con menor tonelaje y solo dos portaviones (el tercero, en construcción) frente a los 11 estadounidenses, lo que limita su capacidad oceánica. 

Los enormes avances de China en el espacio son la gran preocupación de EEUU. El objetivo de Xi Jinping es preparar al EPL para la llamada “guerra inteligente”, es decir, la militarización de la cuarta revolución industrial. En ella se parte de la inteligencia artificial, el 'big data', sistemas autónomos no tripulados y redes 5G para obtener ventajas tecnológicas militares. Esto incluye los aún no plenamente desarrollados sistemas no tripulados autónomos habilitados para IA, robots inteligentes y la inteligencia híbrida hombre-máquina. 

China teme que Ucrania sea el campo de entrenamiento de un eventual conflicto por Taiwán azuzado por EEUU. Esto acelera la voluntad de Xi de profesionalizar al máximo el EPL, impulsando una notable mejora en la coordinación de sus cinco fuerzas: terrestre, marítima, aérea, misiles y de apoyo estratégico. Precisamente esta última fuerza combina las misiones de guerra espacial, cibernética, electrónica y psicológica, que conforman la “guerra inteligente”. El reto para un Ejército que no ha combatido desde 1979 es lograr una verdadera operatividad en las acciones combinadas de sus cinco fuerzas. Las maniobras militares cada vez más complejas, que desde 2005 China realiza de forma conjunta con Rusia, son un entrenamiento fundamental.

Desde que llegó al poder en 2012, Xi ha realizado una gran limpieza dentro de las filas del EPL para acabar con la corrupción y fortalecer la combatividad de las tropas ante la posibilidad de que la 'paz caliente' con EEUU se transforme en una catastrófica guerra. China observa detenidamente los errores de Rusia en Ucrania para construir la imperiosa lección con la que instruir a su Ejército para ganar la guerra de los globos y las que vengan detrás.

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