Ágora

Un plan integral para el pueblo gitano

Necesitamos un plan de choque para erradicar el chabolismo y la exclusión laboral de la comunidad gitana, pero también itinerarios formativos y escuelas de nuevas oportunidades

Acto conmemorativo del Día Internacional del Pueblo Gitano en Barcelona, en 2018

Acto conmemorativo del Día Internacional del Pueblo Gitano en Barcelona, en 2018 / Carlos Montañés

Beatriz Silva

Beatriz Silva

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Se calcula que un 86% de las personas gitanas vive bajo el nivel de la pobreza. En un 77% de los casos se trata de pobreza severa, algo que se traduce en infraviviendas o en la imposibilidad de acceder al agua o la electricidad. La comunidad gitana sufre mucho más el chabolismo pero también el desempleo: mientras el paro general se sitúa en 9,9%, en su caso se alza al 52%.

Estas cifras, que deberían movilizar esfuerzos y recursos, no se han traducido en Catalunya en políticas públicas para revertir la situación de un colectivo que, contrariamente a la creencia generalizada, casi no se beneficia de prestaciones. Desde hace tres años está pendiente la elaboración de un nuevo plan integral del pueblo gitano. En 2020, el Govern decidió posponer a 2022 la redacción de una nueva estrategia que reemplazara la que cubría el período 2017-2020 y en 2022 la pospuso a 2023. 

Esto, a pesar de que las condiciones de vida de la comunidad gitana les hacían especialmente vulnerables a la pandemia. Porque una proporción importante de familias gitanas subsiste de la venta ambulante y otras actividades informales que, al prohibirse, les dejaron sin ingresos. Pero también por el abandono escolar, que afecta al 64% de niños y niñas gitanas, que se encontraron de la noche a la mañana sin dispositivos ni Internet para seguir su educación.

Catalunya necesita con urgencia abordar las causas estructurales y multidimensionales que se encuentran detrás de estas cifras pero también la discriminación, que las explica. Necesitamos un plan de choque para erradicar el chabolismo y la exclusión laboral de la comunidad gitana, pero también itinerarios formativos y escuelas de nuevas oportunidades. Conseguir el éxito educativo pasa por proporcionar becas y clases de refuerzo pero también por garantizar el acceso a la vivienda y la alimentación de estos niños y niñas. Es urgente también garantizar el acceso de las familias gitanas a la Renta Garantizada de Ciudadanía y mejorar su ocupabilidad. 

En una visita a los países europeos en 2022, la entonces Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, constataba que tras el antigitanismo se escondía el fracaso de las administraciones en reconocer que no se hacía lo suficiente y pedía situar los derechos humanos en el centro.

Es esta perspectiva la que tiene que guiar el nuevo plan del pueblo gitano de Catalunya, que tiene que conseguir que la cultura y la realidad gitana entren en el sistema educativo, porque la discriminación va ligada a los prejuicios y el desconocimiento. Pasa también por modificar la ley de Igualdad de Trato y no Discriminación, para reforzar la lucha contra el antigitanismo y por garantizar, tal y como ha hecho la Comunidad Valenciana, la participación real de los gitanos y las gitanas a través de la creación del Consell del Poble Gitano de Catalunya, que sea parte del diagnóstico y despliegue las políticas dirigidas a la principal minoría étnica de nuestro país.