Plaza menor

Las amistades peligrosas que le quedan a Barcelona tras romper con Tel Aviv

La capital catalana está hermanada con otras ciudades de países polémicos en materia de derechos humanos

Manifestación en Tel Aviv.

Manifestación en Tel Aviv. / Andrea López Tomás

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La ruptura de Barcelona con Tel Aviv esta semana ha causado revuelo en la diplomacia internacional. Las relaciones institucionales entre ciudades, igual que entre Estados, siguen unas lógicas prácticas y geopolíticas que nada tienen que ver con la simpatía o ejemplaridad de las naciones involucradas. Dicho a lo bruto: los hermanamientos son siempre de conveniencia y a largo plazo. Y no pasa nada, su función no es moralizar ni presionar, que para eso hay muchos otros y mejores instrumentos.

La decisión de la alcaldesa Ada Colau ha despertado mi curiosidad. ¿Con qué otras ciudades está hermanada Barcelona? ¿Son todas ellas referentes éticos impolutos? Busco la lista oficial. Leo. Oh, vaya.

Según la web del Ayuntamiento de Barcelona está hermanada ahora con 23 urbes de todo el mundo. Constan de hecho 24, porque el acuerdo con Tel Aviv aún no se ha borrado del portal municipal. Además la ciudad tiene 21 "protocolos de cooperación vigentes/recientes", que viene a ser un hermanamiento extraoficial. En total 42 relaciones fraternales, pues.

El listado europeo suscita poca controversia, porque tópicos de arrogancia a parte, cuesta oponerse a una alianza con París. O con Amberes, Colonia, Dublín, Montpellier... Uy, ojo, primer topónimo delicado: San Petersburgo. Europa sanciona y condena la Rusia de Vladimir Putin, pero los barceloneses tan tranquilos siendo oficialmente amigos de su gran capital cultural (no tanto de las filiales del Hermitage, pero eso es otra historia). Incluso fue la ciudad invitada de la Mercè 2011.

Sigamos. En la lista mediterránea aparece Estambul, capital de una Turquía governada desde hace años con puño de hierro por Erdogan. No sería un paraíso de los derechos humanos, como recuerda Amnistía Internacional en su anuario 2021: denuncias de torturas, censura, LGTBIfobia... El mismo informe deja mejor parada Túnez, que lleva una década de mejoras democráticas pero tiene aún mucho por hacer.

Los hermanamientos en América levantan menos pasiones contrarias. Aunque algunos países sí tienen opositores, incluso comunidades de exiliados, como la Havana por el sistema político 'socialista' de Cuba. En el otro extremo ideológico estaría la oposición al capitalismo, representado por ciudades globales como Nueva York, Boston y San Francisco.

Pero vamos a Asia, que es donde se pone más interesante el asunto. Tenemos a Busan (Corea del Sur), a Kōbe (Japón)... Oh, sorpresa: también estamos hermanados con Shanghái y Shenzhen (China) y con Dubai (Emiratos Árabes Unidos). El gigante presidido por Xi Jinping tiene unos cuantos, bastantes, muchos trapos sucios. "Adoctrinamiento político, detención masiva arbitraria, tortura y asimilación cultural forzada", cita Amnistía entre otros pecados. Y el emirato del Golfo, financiado con petrodólares, rivaliza con fuerza: "Violaciones graves de derechos humanos, entre ellas detención arbitraria, trato cruel e inhumano bajo custodia, supresión de la libertad de expresión y violación del derecho a la privacidad...", reza el último anuario de la prestigiosa oenegé.

¿Qué hacemos con todos estos hermanamientos? ¿Los habrá revisado ya la alcaldesa? ¿Les preparamos cartas de adiós, también? ¿Y por cuál empezamos? Hagan sus apuestas.

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