Apunte

Vinícius, churras y merinas

El defensa español de Mallorca Antonio José Raillo (L) discute con el delantero brasileño del Real Madrid Vinicius Junior durante el partido de fútbol de la Liga española entre el RCD Mallorca y el Real Madrid en el estadio Visit Mallorca en Palma de Mallorca

El defensa español de Mallorca Antonio José Raillo (L) discute con el delantero brasileño del Real Madrid Vinicius Junior durante el partido de fútbol de la Liga española entre el RCD Mallorca y el Real Madrid en el estadio Visit Mallorca en Palma de Mallorca / JAIME REINA /AFP

Mónica Marchante

Mónica Marchante

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La Liga ha creado una comisión para intentar solucionar el "caso Vinícius". Según su presidente, Javier Tebas, "no puede tener a un jugador que va a todos los campos y es insultado". Yo añadiría que el fútbol español no se puede permitir dar esta imagen, la de un campeonato donde el racismo campe a sus anchas. Porque aunque sean casos aislados, es cierto que se repiten cada vez con más frecuencia y en más campos. Y qué decir del vomitivo episodio del puente de Madrid.

Dicho esto, ¿qué puede hacer La Liga además de denunciar cada lunes lo que sucede en cada campo? ¿Cuál es el recorrido de esas denuncias si la Fiscalía da carpetazo una y otra vez? ¿Qué se puede hacer si los Mossos no han logrado identificar a dos tipos que, a rostro descubierto y delante de las cámaras, insultaron a Vini en el último clásico del Camp Nou? ¿Tiene la responsabilidad el fútbol de lo que está sucediendo cuando de seis denuncias presentadas ante la Fiscalía, se han archivado por el momento la mitad? ¿Por qué esta tolerancia ante algo que nos escandaliza a todos? E igualmente sorprendente, ¿por qué el Real Madrid no se suma a las denuncias?

El papel de los árbitros

Ahora bien, los gritos racistas a Vinícius no tienen que ver con lo que sucede en el campo. El racismo está en la grada, o en la calle. No en el césped, afortunadamente. Ahí se libra otra batalla que deben cortar los árbitros, más preocupados parece con las "manitas" que con cortar actitudes intolerables, por feas y reiterativas, como la de Maffeo.

¿Por qué con Vini y no con otros? Cada vez que ha llegado un futbolista brasileño con características parecidas,la polémica les ha acompañado. Neymar o antes Denilson, Djalminha... jugadores que jugaban a otra cosa, al tiempo que esa virtud se interpretaba como provocación por los rivales. Las bicicletas de Denilson, aquel brasileño del Betis, o el juego de Neymar cuando llegó al Barça, recuerda lo que estamos viendo ahora. Es curioso, los que llamaban provocador a Ney justifican ahora a Vinicius y viceversa. Es lo que tiene ponerle el filtro bufandero a todo.

Si yo fuese Ancelotti o compañero de Vini, haría lo posible por hacerle salir de esa espiral de gestitos, queja permanente o comentarios despectivos a rivales en la que anda metido. Mostrarse vulnerable le resta. Muchos antes recibieron igual y más que él. Que se mire los vídeos de un tal Messi. Y no mezcle churras con merinas.

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