Artículo de Alejandro Giménez Imirizaldu

Bici metropolitana

Hay que aplaudir y celebrar la puesta en marcha del AMBici, lo siguiente sería sentarse a zurcir el mapa de retales que forma el conjunto de carril bici del Área Metropolitana de Barcelona

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Alejandro Giménez Imirizaldu

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Entre las maravillas que atesora la Filmoteca destaca una película de siete minutos titulada 'Barcelona, vista tomada desde un tranvía', de Ricardo Baños, 1908. El tranvía recorre la columna vertebral de Barcelona, desde las Ramblas hasta Craywinckel, por el paseo de Gràcia, la plaza de Lesseps y la calle de Salmerón, hoy Gran de Gràcia. Muestra una ciudad de comercios entoldados y lámparas de gas, alegre, curiosa y endomingada: bombín, pamela, cofia, polisón y manga abullonada. Faldas hasta el suelo adoquinado. Carros de caballos, tres o cuatro coches y bicis. Montones de bicis que se le cruzan por delante. Unas van a su santo aire. Otros ciclistas se vuelven para salir en la foto. Más de 50 bicicletas entran y salen del plano secuencia en esta joya del celuloide, coloreada y disponible en las plataformas gratuitas de vídeo más populares.

Si se observa un mapa de Barcelona entornando los ojos aparecen, entre ensanches mayores y menores, polígonos y barrios de autoconstrucción, unos filamentos radiales, largos y temblorosos. Son los caminos del transporte a sangre que salían de las nueve puertas de la muralla medieval y surcaban el llano hacia los pueblos que hoy dan nombre a nuestros barrios antiguos: Sants, Hostafrancs, Les Corts, Sarrià, Gràcia, Horta, la Sagrera, Sant Andreu y Sant Martí. Estas calles tozudas y estrechas atraviesan la ciudad de los barrios y se extienden hacia los municipios metropolitanos con sorprendente continuidad: hasta El Prat, L'Hospitalet, Esplugues, Montcada, Santa Coloma, Sant Adrià, Badalona y más allá. Como estaban pensadas para carros de bueyes, burritos y caballos, conectan poblaciones con eficacia aprovechando las pendientes más suaves del terreno. Por eso resultan tan cómodas para ciclistas de cualquier edad y condición física.

El Área Metropolitana está formada por 36 municipios y mide unos 40 km de punta a punta. Podría llegarse desde cualquiera de sus extremos hasta la plaza de Catalunya en una hora de bici a ritmo suave. Hay que aplaudir y celebrar la puesta en marcha del AMBici metropolitano, que arrancó el 30 de enero en cinco municipios con 55 estaciones y 600 bicis, todas eléctricas. Sorprende un poco que el sistema no case de origen con el Bicing municipal de Barcelona. Parece que ha habido dificultades administrativas. Pero si la Comisión Europea supo poner de acuerdo a países y fabricantes de todo el mundo para que -casi todos- los móviles tengan el mismo cargador, no hay duda de que aquí también podremos conseguirlo. Siete estaciones de transferencia y un abono metropolitano compartido con descuentos para los usuarios de los dos servicios van a parchear de momento el desencuentro.

Lo siguiente sería sentarse a zurcir el mapa de retales que forma el conjunto de carril bici del Área Metropolitana. El proyecto de Bicivía que anuncia el Área puede suponer una estupenda contribución, pero los ciudadanos comprometidos con la movilidad saludable y sostenible esperamos el resultado de mayores y mejores pactos.

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