APUNTE Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

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Un invierno para recordar

El FC Barcelona empezó ayer al partido del Benito Villamarín como campeón de invierno, y nadie parecía haberse dado cuenta. ¿Será que con el cambio climático los inviernos ya no son lo mismo, o quizás nos ha distraído demasiado el Mundial de Qatar? No digo que el Betis tuviera que hacerle un pasillo de honor al Barça, pero es que antes estos detalles se valoraban más. No solo permitían que los pitonisos hicieran sus predicciones más o menos de pacotilla, sino que marcaban un antes y un después en la competición. En el fondo, se trataba sobre todo de coger carrerilla con lo de ser medio campeón, o campeón a medias.

Hacía tres temporadas que el Barça no conseguía este honor sin premio y por eso no deberíamos despreciarlo. Es quizás el primer síntoma de un estado de ánimo olvidado: esa confianza de mirar a los demás equipos por el retrovisor. Sin un gran juego, incluso más práctico que vistoso, el equipo de Xavi está fijando las piezas que le permitan tener personalidad y sentirse ganador.

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Si Roma no fue hecha en un día, ya me dirán un campeón. El equipo se apoya en dos puestos consolidados: Ter Stegen, el portero menos goleado de Europa, y Lewandowski, máximo goleador de la liga española. En medio, se vislumbra cada vez más una constelación de centrocampistas que con Gavi y Pedri son un canto a la libertad creativa, y con De Jong y el eterno Busquets como seguro. A su alrededor el resto irá creciendo.

La duda es si este Barça será capaz de aguantar así hasta el final. En el tumultuoso mercado de invierno únicamente ha soltado lastre, dejando salir a un Bellerín anecdótico y a Memphis, el sexto delantero. La victoria trabajada del miércoles contra el Betis, sobre todo con ese segundo gol que a veces tarda en llegar, es la prueba de que hay un bloque cada vez más definido, pero se me antoja un reto clave para llegar bien hasta el final: confiar más y mejor en los suplentes, arriesgar y dar minutos de valor a los jóvenes. Es un reto y a la vez una suerte: sin este empeño, ayer nos habríamos perdido la exhibición que hizo Balde.