Encuesta de Gesop
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Barcelona ante un debate de modelos

Trias y Collboni competirán por el votante crítico con Colau y receloso u hostil con la ala exaltada de Junts

Xavier Trias y Ada Colau han almorzado a 5 meses de las elecciones

Xavier Trias y Ada Colau han almorzado a 5 meses de las elecciones / JxCat

A cuatro meses de las elecciones municipales, la contienda por la alcaldía de Barcelona se presenta como una de las más reñidas e inciertas. Aun más tras dos sacudidas que han recompuesto sustantivamente el tablero electoral: el paso adelante de Xavier Trias para encabezar la candidatura de Junts y, poco después, la renuncia a sus cargos en el gobierno municipal de Ada Colau del candidato socialista, Jaume Collboni. El primero de estos movimientos ha convertido una liza entre tres candidatos (Jaume Collboni, Ada Colau y Ernest Maragall, con ventaja para el primero) en un empate técnico entre cuatro, con Xavier Trias en cabeza. A la espera de saber si la decisión de Collboni de ganar autonomía para definirse críticamente frente a Colau sirve para reaccionar ante el efecto Trias. Y también de si esa polarización acaba favoreciendo a Colau, como la alcaldesa buscó abiertamente (y de momento parece que sin rédito obvio) con su 'photo opportunity' con el candidato de Junts.

El principal cambio en la ecuación preelectoral de las últimas semanas es la entrada de un nuevo aspirante a atraer el voto crítico con el modelo de ciudad defendido durante dos mandatos por la alcaldesa. A recoger una visión alternativa a la política de movilidad restrictiva del transporte privado o a los planteamientos en materia de vivienda.Menos reticente a las necesidades o intereses de sectores como el turístico o de la restauración, o a los proyectos de grandes infraestructuras. Se trata de una posición compartida por sectores huérfanos de la opción que tradicionalmente había representado CiU. Habían encontrado refugio en la cara de moderación y orden que encarnaba Collboni en el Gobierno municipal. Ahora, como ha reflejado la derrota del plan de usos del Eixample frente a la oposición de Junts y PSC, hay dos contendientes por esa bolsa de votos. Y al mismo tiempo, dos posibles socios de Gobierno a añadir entre las limitadas opciones disponibles.

La decisión de Junts de ponerse en manos de Trias tiene consecuencias más allá de la posibilidad de recuperar la alcaldía cuando, hace cuatro años, un partido entregado sin matices a la lógica más unilateralista del ‘procés’ se quedó con cinco concejales. Un hipotético retorno de quien fue alcalde de CiU, sobre todo si consigue hacer cumplir su deseo de mantener a figuras como Laura Borràs apartadas de su campaña, tendría un efecto innegable en los equilibrios internos de Junts, reforzando al sector posibilista frente al exaltado. Un efecto secundario de Trias que se podría hacer sentir con un buen resultado electoral incluso si no le permitiese recuperar la alcaldía. Porque, a no ser que la evolución de la intención de voto introduzca cambios notables, como señala la encuesta de Gesop para EL PERIÓDICO los cuatro candidatos mantienen sus posibilidades en cualquiera de las únicas tres combinaciones hasta ahora viables. La alcaldía del más votado, con una mayoría frágil, en caso de que no haya un pacto alternativo que alcance la mayoría absoluta. Un pacto Junts-PSC. O un tripartito PSC-Comuns-ERC. Un panorama en el que, frente a las trincheras inamovibles excavadas en 2017, lo que entrarían en juego deberían ser modelos contrapuestos de ciudad sobre los que los barceloneses debatan y se expresen (más que necesidades derivadas de las políticas de pactos en otras instituciones).