La esvástica en 'Zona Franca'
Me parece inenarrable que se despida a un humorista por la lectura literal de una ironía
Juan Soto Ivars
Escritor y periodista
El despido de Manel Vidal de TV-3 por hacer un chiste con una esvástica en el programa 'Zona Franca' me ha parecido una decisión un tanto nazi. Aclaro que uso el adjetivo exactamente igual que Vidal usó la esvástica: en el sentido figurado y como exageración paródica. Pero, además, y para que quede meridianamente claro y dentro de los límites de la Constitución, lo recalco: yo no estoy acusando a Sigfrid Gras, director de TV-3, de matar a seis millones de judíos. ¡Ni siquiera le acuso de matar a un millón de judíos!
Tampoco llamó “nazi” al PSC Manel Vidal. Lo mismo que hago yo aquí con el lenguaje, tirar de ironía y exageración, hizo él con esa “polémica imagen”. Por medio de la hipérbole, el chiste significaba que la posición del PSC respecto de la independencia es extremadamente autoritaria y derechista, y usaba el dibujo de la esvástica como recurso gráfico de ese extremo. Fin de la cita.
Yo no estoy de acuerdo con Vidal, me hallo más próximo a la postura del PSC que a la de los partidos independentistas con ese asunto, pero me parece inenarrable que se despida a un humorista por la lectura literal de una ironía. ¿O no fue solo por eso? Hum. Tengo la sospecha de que la dirección de TV-3 hubiera sido menos rigurosa (menos nazi, menos yihadista, menos estalinista, norcoreana, castrista, castrante, ponga usted las hipérboles que le agrade) si cierta marca de cerveza de color verde no hubiera roto el patrocinio con el programa esta misma semana. Ocurrió por un escrache digital motivado por la impertinente forma de saludar que tienen en este programa.
Que hay un humor indepe que se basa en llamar "derecha" a todo lo que no les baile el agua a los calores identitarios, y que este humor puede llegar a ser poco gracioso para la mitad de los catalanes que financiamos TV-3, y que no refleja la línea editorial de 'Zona Franca' la pluralidad ideológica del pueblo catalán, ese que en las últimas elecciones votó más a Vox que a la CUP, es cierto. Sin embargo, despedir a un cómico por un chiste subido de tono es como despedir al hombre del tiempo por errar el pronóstico. Ha dicho Gras que se puede jugar con los límites del humor en TV-3, pero no traspasarlos. El problema, señor Gras, es que no es posible saber que has rebasado el límite hasta que no te despide la dirección por un chiste. Solución: que supriman el humor en TV-3. Bastante risa proporciona el 'Telenotícies'.
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