Artículo de Jordi Puntí Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Desde el mar de la tranquilidad
La línea editorial, el diseño gráfico o el cuidado en la edición son rasgos distintivos para asegurarse la atención en las mesas de novedades en un panorama cada vez más diverso, pero también más confuso

La librería Calders, en Barcelona. /
Estos días estoy leyendo una novela fascinante, de Emily St. John Mandel. En castellano la ha publicado Ático de los Libros y en catalán, Chronos. No daré ningún detalle de la trama porque la incógnita es parte esencial de su atractivo y, al mismo tiempo, inseparable de la forma en que se narra el contenido. Solo diré que el juego literario con la relación espacio-tiempo me ha hecho pensar en dos libros tan distantes como ‘Jo confesso’, de Jaume Cabré, y ‘El atlas de las nubes’ de David Mitchell. También puedo contar cómo he llegado a él: una de las mejores series que vi el año pasado era ‘Station Eleven’, en HBO, una distopía futurista que no era del todo deprimente, y que precisamente estaba basada en otra novela de Emily St. John Mandel.
La mayoría de librerías sitúan ‘El mar de la tranquilidad’ en la sección de ciencia ficción, aunque también puede considerarse ficción literaria en un sentido amplio. En cualquier caso, la editorial Chronos es un buen ejemplo de una tendencia del mercado en catalán: centrar tus intereses para hacerte un espacio que te distinga de otros sellos. Es también el caso, por ejemplo, de Viena y su colección Club Victoria, que recupera sobre todo escritoras del XIX inglés con una estética victoriana. O el de Adesiara, que ha llegado a los 200 títulos y se ha distinguido por el descubrimiento y la recuperación de clásicos de aquí y de allí, en el sentido más amplio del término.
Entretodos
La línea editorial, el diseño gráfico o el cuidado en la edición son rasgos distintivos, estrategias para asegurarse la atención en las mesas de novedades en un panorama cada vez más diverso, pero también más confuso. La satisfacción máxima, cabe suponer, se logra cuando la apuesta tiene una continuidad en el tiempo. Pienso en Edicions del Periscopi, que estos días celebra sus 10 años de vida y 100 títulos publicados. Desde el rigor y la intuición literaria, Aniol Rafel ha logrado una tranquilidad reservada a pocos sellos: que los lectores le den confianza y compren sus libros sin dudar. Es entonces cuando la marca editorial adquiere la dimensión de todo un género: el buen criterio del editor.
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