Artículo de Elena Neira

Amnesia seriéfila

A la alegría por el regreso de las series que me gustan le sigue la misma sensación agridulce: apenas consigo recordar qué pasó en la temporada anterior ni en qué situación dejé a los personajes

Al Pacino, en la serie 'Hunters'

Al Pacino, en la serie 'Hunters' / AMAZON PRIME VIDEO

Elena Neira

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Hace apenas dos semanas se estrenó la segunda temporada de 'Hunters', la serie de Prime Video sobre unos cazadores de nazis en el Nueva York de finales de los años 70. 'Hunters' fue una de mis series de pandemia. Entonces me interesó su propuesta, divertida, exagerada y rocambolesca, de ahí que la segunda temporada se fue directa a mi lista de próximos visionados. Tan pronto le di al 'play' y entró el resumen de la primera temporada, descubrí lo poco que me acordaba de la historia. Más allá del exagerado acento yiddish de Al Pacino, los ojos azules del protagonista y un par de escenas de lucha particularmente violentas, no era capaz de recordar qué había pasado, el conflicto que los protagonistas trataban de resolver y en qué punto había quedado la cosa. Que hayan pasado casi tres años desde la primera temporada sin duda no ha contribuido a que tenga un recuerdo más preciso, aunque lo verdaderamente preocupante es que, al menos en mi caso, ya no es un fenómeno aislado

Últimamente, a la alegría por el regreso de las series que me gustan le sigue la misma sensación agridulce: apenas consigo recordar qué pasó en la temporada anterior ni en qué situación dejé a los personajes. Esta suerte de amnesia seriéfila es implacable. El recuerdo acostumbra a ser difuso y tiendo a fiarme de la respuesta emocional que tengo cuando descubro que hay una nueva entrega. Casi siempre le doy una oportunidad, aunque sea consciente de que muchos detalles relevantes que debería recordar se habrán perdido en las lagunas de mi memoria. A veces un diálogo, una escena o un 'flashback' arroja algo de luz y me devuelven al hilo de la historia de forma abrupta. Otras, veo la temporada en la inopia, con esa sensación que se te queda cuando eres el único que no ha entendido una broma.

Varios factores ayudan a explicar este fenómeno. En primer lugar, el hecho de que haya demasiada televisión. Hace una década, cuando las plataformas de 'streaming' estaban en pañales, uno podía abarcar con relativa facilidad la mayoría de las series que estaban a nuestro alcance. En 2022, según los datos de la consultora Nielsen, la oferta de contenidos (sumando 'streaming' y televisión convencional) supera las 800.000 referencias. Es sencillamente inasumible. Otro factor que también contribuye a esta memoria de pez está directamente relacionado con la aceleración del consumo. El 'streaming' ha hecho que productos que estaban pensados para ser vistos semana a semana ahora se vean en dos o tres sentadas, algo que dificulta la consolidación de un recuerdo del que luego podamos echar mano cuando la serie regresa. Los maratones nos convierten en Dory, aquel pececillo olvidadizo de 'Buscando a Nemo', porque ver tan rápido afecta a los dos procesos fundamentales sobre los que se construyen los recuerdos. Como explica el psicólogo Alan Jern, cuando las series se convierten en un fenómeno social (se comentan con familia y amigos) y enriquecido (se leen reseñas o se buscan curiosidades) nuestro cerebro almacena mejor la información y luego le resulta más fácil recordarla. La memoria a largo plazo, además, también funciona mejor cuando le damos tiempo a nuestro cerebro para almacenar las tramas. Pero ahora somos impacientes, y lo de esperar a que haya varios capítulos disponibles en una serie de entrega semanal se ha convertido en práctica generalizada. 

Este fenómeno del 'fast fiction' está teniendo una influencia decisiva no solo en nuestra memoria sino también en la propia cultura televisiva. A un consumo tan veloz le sigue una digestión también muy rápida, condenando las series a una vida efímera que las aleja de la posibilidad de convertirse en fenómeno de culto. Recuerdo palabra por palabra el mensaje que Dale Cooper graba para Diane en el piloto de 'Twin Peaks', diálogos enteros de 'Juego de Tronos' y las historias de muchísimos capítulos de 'Los problemas crecen'. En el caso de series más recientes, como 'Breaking Bad' o 'The Leftovers', el recuerdo ya no es tan nítido. Si esta aceleración de la vida moderna no me da un respiro, creo que de ahora en adelante no habrá serie que reenganche sin tener la sensación de haber salido de un coma. 

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