Artículo de Joaquim Coll

Illa no va de farol

Aprobar los presupuestos es tanto como salvarle la vida al Govern

El 'president' Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, en un pleno del Parlament

El 'president' Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, en un pleno del Parlament / FERRAN NADEU

Joaquim Coll

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En lugar de aceptar la premisa de que es imprescindible que se aprueben unos presupuestos que siempre serán mejor que nada, conviene primero interrogarnos sobre lo anómalo que resulta que el Govern esté en manos de un partido que solo cuenta con 33 diputados sobre 135, y que ni tan siquiera ganó las elecciones. Lo normal, cuando un gobierno de coalición se rompe, como ocurrió con la salida de Junts, y el presidente se queda en minoría, es ir a buscar otro pacto de legislatura o convocar elecciones. Que Aragonès pretenda gobernar en solitario hasta 2025 con solo el apoyo de los diputados de ERC y que, en general, eso no se considere una anomalía democrática, dice mucho de cómo siguen las cosas en Catalunya. Se pretende hacer creer a la opinión pública que el PSC tiene la obligación, por responsabilidad, de apoyarlos. Los republicanos partían de esa premisa y por eso primero fueron a buscar el acuerdo con los Comuns. Iba a ser pan comido, pensaron. Cuando a principios de diciembre vieron que no sería tan fácil, llamaron a la puerta de sindicatos y empresarios para que, con súplicas a favor del acuerdo, hicieran presión sobre Salvador Illa. Lo nunca visto. No ha habido ninguna negociación presupuestaria en Madrid donde el Gobierno haya recurrido a los agentes sociales para que la oposición se avenga a votar a favor. 

La semana pasada, ERC también creyó que podía amenazar al PSOE con no apoyar los decretos del Gobierno. Se equivoca, Pedro Sánchez ya tiene hecha la legislatura y cuanto más se alejen los republicanos, mejor. Por eso Aragonès asume ahora el cuarto cinturón, pero falta todavía el apoyo a la ampliación del aeropuerto. Esta vez, tanto Illa como la portavoz Alícia Romero llevan a cabo una buena estrategia negociadora, haciendo pedagogía sobre por qué los proyectos que defienden son inaplazables, aunque no sean de agrado de ERC. Además de las infraestructuras, hay otras cuestiones por cerrar, y el PSC exige para todas ellas un compromiso claro e inequívoco. Illa no va de farol porque aprobar los presupuestos es tanto como salvarle la vida al Govern.

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