APUNTE

'Click and collect en Mérida'

Lucy Bronze y Aitana Bonmatí observan la medalla de campeonas de la Supercopa de España que tuvieron que ir a recoger personalmente.

Lucy Bronze y Aitana Bonmatí observan la medalla de campeonas de la Supercopa de España que tuvieron que ir a recoger personalmente. / @fcbfemeni

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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Encargue usted su medalla y la pasa a recoger en cuanto le vaya bien. "Click and collect", éste es el magnífico servicio que ofrece la Federación Española de Fútbol a las jugadoras que ganan la Supercopa. Esa imagen de las campeonas sirviéndose su propia medalla de una caja sobre una mesa plegable no es más que una anécdota, pero muy representativa del nivel de dejadez hacia ellas. Creo haber asistido a torneos de mi barrio con una entrega de premios más solemne que la de Mérida.

La Federación argumenta que el estadio no permitía que las jugadoras subieran al palco y que el protocolo establece que las medallas se deben recoger en el césped. También defienden que esa misma formalidad fue la que se utilizó en la Copa del Rey. Obviamente, si la Federación quiere dignificar su competición, debería cambiar ese inamovible protocolo y acercarlo al de la Supercopa masculina. Porque cuando te pagan una millonada, se ve que puedes montar un escenario similar al de un mundial, y Rubiales, en ese caso sí, puede cometer la osadía de bajar al terreno de juego.

Otra piedra

Otra piedra en el zapato del presidente de la RFEF, que ya tiene un conflicto abierto de hace meses con esas mismas jugadoras que le piden justo lo que denuncia esa descuidada ceremonia. Que las tenga en cuenta, que las trate como lo que son, profesionales.

Mientras tanto, el Barça como institución tampoco puede levantar en exceso la voz, porque su presidente no tuvo a bien asistir a la final. Quizás la presencia de Laporta, le hubiera recordado a Rubiales que no estaba en un torneo de alevines. Y que me disculpen las categorías de formación, porque ellos también merecen que les reconozcan un título con algo más que un "sírvase usted misma".

El club azulgrana falló formalmente, pero demuestra con recursos una apuesta por el femenino que otros subestiman regularmente. Lo comprobamos sobre el campo, porque ahí es donde ellas reclaman respeto, a través de su juego en una final en la cual el Barça confirmó la hegemonía doméstica.

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