El movido debut de Daniel Sirera

La semana pasada se anunció a bombo y platillo que Xavier Trias había comido con Ada Colau. Sin embargo, desconocíamos que minutos después, el exalcade había tomado café con Ernest Maragall. Fue en el despacho que Junts tiene en la tercera planta del edificio anexo al ayuntamiento. Un encuentro también cordial, aunque Trias prefirió no publicitarlo. Imagino que son estrategias prelectorales. De cualquier manera, la tensión política catalana está volviendo a la normalidad y se agradecen este tipo de encuentros como el que tuvo el lunes, en el restaurante Roig Robí, el secretario general de Junts, Jordi Turull con el president de Foment, Josep Sánchez Llibre.

Y en este clima de cordialidad, el Partido Popular dio a conocer a su candidato para la alcaldía. Se trata de Daniel Sirera. Persona discreta, moderada y alabada incluso por alguno de sus rivales. Aunque lleva tiempo en esto de la política, su principal hándicap es su poco grado de conocimiento. Así que deberá agradecerle a Puigdemont el tuit donde se quejaba que la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, le hubiera recibido antes que a él.

Más discreto, pero más movido fue el primer acto público al que asistió Sirera. El miércoles le vimos en la presentación de libro de Albert Soler, Un botifler en la villa y corte (Editorial Península), en la librería +Bernat. Llegó, saludó al exdiputado del PSC, Joan Ferran, y se montó el lio. Nada tuvo que ver el cauto Sirera en el asunto, pero casi se lo llevan por delante. Justo detrás suyo un grupo de ‘amigos’ de Pablo Hasél entraron a la librería, llena a rebosar, y amenazaron a gritos a Soler por un artículo que este había publicado sobre el rapero. Por suerte, la cosa no fue a más y todo quedó en cuatro insultos y un par de empujones.

Así que Daniel Sirera abandonó el acto sin problemas. Se fue en moto, aunque también utiliza la bicicleta, eléctrica eso sí, y el transporte público. De momento, todavía no tiene equipo ni lista electoral. Justo acaba de llegar de Valencia y ya le ha dicho a su mujer y sus hijos que hasta el 28 de mayo no tendrá ni un día festivo…

Las confluencias de Bassat

Lluís Bassat hace unas semanas que no se sube a la bicicleta, pero sigue ágil y joven. No aparenta ser octogenario. El lunes nos invitó a la exposición Confluències en el Museo Marès. Nos espera en la Catedral junto a su esposa, Carmen Orellana. Siempre van juntos y siempre luce corbatas elegantes de un tejido que algunos solo usamos en las bodas. La exposición reúne 30 piezas de esculturas contemporáneas de su colección particular intercaladas con las esculturas del museo. Las confluencias son espectaculares. Bassat ha cedido esculturas de Miró, Chillida, Subirachs o Aurèlia Muñoz y si a eso sumamos el tesoro que existe en el museo Marès, el resultado es espectacular. Bassat disfruta explicando la exposición tanto como el comisario, Ricard Mas. Entre los asistentes está la galerista Mònica Ramon, el publicista Luis Cuesta, o los periodistas Sergio Vila-Sanjuan y Albert Om.

Escuchando Islandia

Con Om comparto taxi hasta la Diagonal. Por el camino me cuenta la entrevista que emitirá por la tarde en su programa, Islandia. Es a Pablo Umbert, el hijo mayor de Cecilia Millet Genové, viuda del doctor Enrique Umbert de Torrescasana. Una mujer fallecida hace unas semanas a los 104 años tras ser madre de 16 hijos, abuela de 62 nietos y bisabuela de 48 biznietos. No me la pierdo. Pablo Umbert explica cómo se organizaban los hermanos, los sacrificios de su madre o los rigurosos métodos de su padre. Pablo es un veterano dermatólogo que sigue en activo, en plena forma y habla claro. Tanto es así que se declaró amigo de Xavier Trias, pero le gusta lo que Ada Colau está haciendo por descontaminar la ciudad. Dice que todavía no tiene claro a quién votará…

Sorpresa en la Diagonal

Tras bajar del taxi en la Diagonal esquina con Muntaner, casi me doy de bruces con Francisco Granados. ¿Les suena? Era el exnúmero dos del PP de la Comunidad de Madrid. Estuvo encarcelado durante 33 meses por blanqueo de capitales y fraude. Quedó en libertad tras una fianza de 400.000 euros. No sé qué debe hacer en Barcelona.

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