APUNTE

Perder mucho más

Rafa Nadal

Rafa Nadal / JAMES ROSS / AAP IMAGE / DPA / EUROPA PRESS

Mónica Marchante

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Cuando la derrota de Rafa Nadal ante Mackenzie McDonald no era haber perdido el partido, sino poder perder mucho más, sus redes sociales ponían nombre a la última lesión, esta vez de grado 2 en el psoas iliaco de su pierna izquierda. ”Tiempo normal de recuperación 6 a 8 semanas”, añadía el comunicado. Pero claro, ¿qué es “normal”en este extraterrestre?¿ Es normal terminar el partido en lugar de retirarse?

Hace tiempo que ver a Rafa sobre la pista provoca sentimientos extremos. Si pienso en la épica final de hace un año en Australia, o en su último Roland Garros, la gratitud, el orgullo y la felicidad de ver a este monstruo del deporte sobreponerse a tantas y tantas lesiones, contemplar el eterno ejemplo de quien siempre se levanta, la mente que todo lo puede y ese pundonor unido a un insaciable deseo de seguir ganando, me provoca una emoción única. 

Hablar con él y comprobar qué tipo hay detrás del deportista, esa educación, humildad y hasta timidez que el mayor de los éxitos no ha cambiado ni un poquito, la palabra admiración se queda muy corta para describir lo que suscita.

Por eso, y por conocer su historial físico, por saber que desde 2005 tiene que calzarse unas plantillas que le salvaron de una retirada prematura por el famoso síndrome de Müller-Weiss pero, probablemente, también le descompensaron el resto del cuerpo. Por saber que entre su primer Roland Garros y el segundo, el consejo médico fue que dejase el tenis y el de su padre que probase con el golf, donde también podría ser profesional. Por haber comprobado que 17 años después de diagnosticarle el desgraciado síndrome tuvieron que dormirle el pie y con él dormido ganó su decimocuarto título en Paris. Por las otras lesiones en rodilla, espalda, codo, muñeca, etc etc que no han podido acabar con esta bestia humana, por todo eso, duele ver un sufrimiento que quizás ya no tiene sentido.

El llanto de Mery Perelló en la grada desgarra. No estamos preparados para una retirada de Rafa, cierto, pero mucho menos para verle sufrir de esa manera ni para sospechar que pueda estar poniendo en peligro su físico para el resto de su vida. Eso sí que sería perder, sería la gran derrota de su vida.

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