Artículo de Verónica Fumanal

Sin imponer agenda, uno no gobierna

Feijóo pretende ampliar la base estirando los principios del PP con una calculada ambigüedad al estilo Galicia

Alberto Nuñez Feijóo con Borja Sémper, que vuelve a la política para ser el portavoz de campaña del PP

Alberto Nuñez Feijóo con Borja Sémper, que vuelve a la política para ser el portavoz de campaña del PP / EFE / Sergio Pérez

Verónica Fumanal Callau

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Desde que Lizz Truss, sin proponérselo, dejara al Partido Popular de Alberto Nuñez Feijóo sin agenda, andan intentando aprovechar los goles en propia puerta del Gobierno de coalición. Y ya se sabe, en política es un juego de suma 0 que huele la debilidad; si no ocupas el espacio, te lo ocupan, y en esta casuística se puede enmarcar el tanto que se está anotando Vox con el protocolo antiderechos reproductivos de las mujeres, justo en la semana en la que el PP sacaba su perfil más moderado recuperando a miembros del equipo de Rajoy. 

Octubre del pasado año, la 'premiere' británica casi hunde al país con una bajada de impuestos masiva como la que proponían los populares. La baza de Feijóo era la gestión y la economía, pero tras esperar y esperar al apocalipsis de otoño económico sin que este llegara, afortunadamente para las familias de este país, la casi bancarrota del Reino Unido acabó con la narrativa sobre populismo fiscal y con él toda la propuesta alternativa que el nuevo presidente del PP quería aportar a la política. A partir de ahí, los bandazos propios de la improvisación… que si se pacta el CGPJ acabando con las puertas giratorias de los jueces, que si mejor no. Eso sí, reconocer que el presidente del PP exprime como nadie los errores/valentías del gobierno. 

Pero desde entonces, el PP no ha sabido imponer un tema propio en la agenda mediática. Este fin de semana, los populares se reunían en Zaragoza con todos los candidatos a las elecciones autonómicas, con el aura de la “moderación” que se supone aportan De la Serna y Semper a la campaña, como si Feijóo considerara que su partido anda corto por el centro. Y justo, en ese momento 'remember' con los fichajes de la era Rajoy, es cuando Vox ha querido dar el golpe de gracia a un PP que intentaba esconder su mayor debilidad electoral del 23, que sus victorias depende de Vox, incluso la de la Comunidad de Madrid. 

Los resultados de las campañas electorales dependen en gran medida de quien consiga imponer los temas sobre los que se hable. Conocido como 'agenda setting', es una de las principales claves para anticipar tendencias. Si el candidato del PP a las elecciones generales, el supuesto mejor activo de los populares para mayo y las elecciones generales, debe andar escondido sin poder hacer agenda ni declaraciones porque no le gustan los temas sobre los que se habla tienen un problema serio.

Han pasado cuatro días desde que el vicepresidente sin atribuciones de Vox anunciara el protocolo de la infamia, desde entonces Vox a nivel nacional ha anunciado que lo harán en todos los lugares donde la mayoría dependa de ellos, y del PP han hablado sin mucha claridad Mañueco, Semper y, sin complejos, Ayuso. 

Feijóo pretende ampliar la base estirando los principios del PP con una calculada ambigüedad al estilo Galicia, sin embargo, tiene un problema que en España sí existe Vox que estirará de sus gobiernos hasta el confín del extremo ideológico obligándole a romper o transigir. Feijóo parece haber olvidado que sin imponer agenda, uno no gobierna. 

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