Artículo de Joaquim Coll

El regreso de Puigdemont

Lo más probable es que se presente voluntariamente en Madrid en los próximos días o semanas. No entraría en prisión preventiva, pues no hay riesgo de fuga y aún tiene inmunidad como eurodiputado

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una foto de archivo.

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una foto de archivo. / EFE/David Borrat

Joaquim Coll

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Con la supresión del delito de sedición y la rebaja de la malversación se genera un escenario completamente nuevo que no solo beneficia a los condenados por el procés, sino que hace inevitable el regreso de Carles Puigdemont. En el reciente auto del juez Pablo Llarena sobre cómo aplicar los cambios introducidos en el Código Penal para Puigdemont y los otros procesados en rebeldía, el magistrado concluye que los hechos solo son subsumibles en un delito de desobediencia, pues no encajan en la nueva figura de desórdenes públicos que sustituye a la sedición. La nueva euroórden que cursará será por desobediencia y malversación. Las posibilidades de lograr la extradición del expresident son ahora mayores, también porque el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) parece inclinado a resolver antes de finales de mes las cuestiones prejudiciales que planteó Llarena dándole la razón y reprochando a Bélgica su reiterada negativa a conceder las extradiciones. Por otro lado, está la cuestión de la inmunidad que Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín disfrutan como eurodiputados, también en litigio ante otro tribunal de justicia europeo (TGUE), asunto que se resolverá en primavera.

Ante ese panorama, Puigdemont volverá pronto a España, bien extraditado por Llarena o de forma voluntaria. Tendría una tercera opción, irse a Suiza, pero eso significaría tanto como una huida definitiva. Lo más probable es que se presente voluntariamente en Madrid en los próximos días o semanas. No entraría en prisión preventiva, pues no hay riesgo de fuga y aún tiene inmunidad como eurodiputado. Como solo podrá ser juzgado por desobediencia y malversación, la pena de cárcel sería como máximo de cuatro años, de los que cumpliría menos de la mitad. Con su regreso voluntario recuperaría el liderazgo del separatismo, causaría un daño político mayúsculo a Pedro Sánchez, y daría argumentos para la victoria del PP en las generales, el mejor escenario para resucitar el 'procés'. Es incomprensible que el PSOE se haya metido en el lío de esta reforma penal de consecuencias imprevisibles y dañinas electoralmente.

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