Maniobras azulgranas en la oscuridad

El informe de los Mossos, publicado por EL PERIÓDICO, es un eslabón más en la cadena de despropósitos protagonizada por la junta directiva de Josep M. Bartomeu en relación con su gestión al frente del FC Barcelona y, en especial, en su implicación en el caso conocido como 'Barçagate'. Esta vez, se trata de unos mensajes de wasap altamente insultantes y de mal gusto en relación a determinadas figuras del equipo, con elevadas dosis de animadversión y, especialmente, la hipotética comisión de un delito de revelación de secretos al filtrar a un medio de comunicación los contratos entonces vigentes de Messi y Piqué. Los implicados son el propio Bartomeu, el exjefe de la asesoría jurídica Román Gómez Ponti y el ex-CEO del Barça Òscar Grau, todos ellos inmersos en la causa que archivó la Audiencia de Barcelona y que hace pocos meses ha reabierto el Juzgado de Instrucción número 13 sobre administración desleal y corrupción entre particulares, por la contratación irregular de la empresa I3 Ventures para crear estados de opinión favorables a su gestión y para desprestigiar a los rivales, opositores o enemigos. 

Estén o no relacionados (Bartomeu sostiene que no y que nada tiene que ver con la filtración), lo cierto es que las sospechas policiales no han hecho sino reafirmar la sensación de que, durante un tiempo, el club estuvo a merced de prácticas deshonestas y maniobras oscuras que un juez tendrá que decidir si eran delictivas, pero que el aficionado ya puede calificar como indignas del Barça.