Artículo de Rafael Vilasanjuan

La conjura de los necios

Los candidatos liberales están aparcados, o amenazados bajo el secuestro ultra de los conservadores que niegan la legitimidad al presidente elegido

El líder republicano Kevin McCarthy gesticula después de que los legisladores votaran por él para ser el próximo presidente de la Cámara de Representantes.

El líder republicano Kevin McCarthy gesticula después de que los legisladores votaran por él para ser el próximo presidente de la Cámara de Representantes. / EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Rafael Vilasanjuan

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La caravana real de oriente no llega a EEUU y la ilusión con la que la recibimos aquí, allí se está convirtiendo cada 6 de enero en una piedra en el zapato. Desde que hace dos años, ultras neoconservadores asaltaran el Capitolio parece como si la efeméride estuviera marcada en la agenda de los golpistas americanos. Solo dos años después han hecho falta 15 tandas de votación para elegir al presidente del Congreso. Aunque los republicanos ganaron las elecciones, el margen de ventaja es tan estrecho que con apenas una minoría díscola se puede bloquear la cámara baja de la primera potencia mundial. Eso es lo que ha ocurrido, que un puñado de ultras conservadores, algunos de ellos inspiradores del asalto de hace dos años, se ha resistido a votar a favor del candidato de su partido hasta demostrar que tienen el poder. El resultado de esta ronda dramática de votaciones refleja bien a las claras que la toxicidad del mandato de Donald Trump lejos se ha trasladado del partido Republicano al Congreso y lo peor es que nadie controla esta nueva conjura. 

La democracia que suponíamos más estable del planeta pasa por sus peores horas. Hasta ahora los radicales habían secuestrado el partido republicano. Tras años de devaneos hacia movimientos neoconservadores, como el 'Tea part'' los republicanos se refugiaron en el “America primero” de Trump. Pero su principal aportación a la vida política americana ha sido poco más que un eslogan, su objetivo es romper la estabilidad, mientas la sociedad se divide y enfrenta. Los candidatos liberales están aparcados, o amenazados bajo el secuestro ultra de los conservadores que niegan la legitimidad al presidente elegido, que juegan con las mentiras y el negacionismo y que ahora van a demostrar en el Congreso que lo que no pudieron obtener asaltándolo como animales salvajes, los van a hacer desde la tribuna bloqueando cualquier acuerdo. Con el partido secuestrado y el congreso amenazado lo que viene es la política salvaje sometida a la conjura de los necios.

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