Los datos del paro
Editorial

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El empleo resiste, con flaquezas

Tras un año de reforma laboral, se han reducido el paro y la temporalidad, pero los datos de diciembre anticipan dificultades por el contexto económico

Las 4 claves de los datos del paro de noviembre

Las 4 claves de los datos del paro de noviembre

Los datos de afiliación a la Seguridad Social y de desempleo registrado de diciembre en España muestran que la creación de empleo ha resistido en 2022 los embates de la escalada de precios energéticos, la subida de los tipos de interés, la pérdida de poder adquisitivo y las secuelas de la invasión rusa de Ucrania. El número de afiliados a la Seguridad Social ha crecido en más de 471.000 personas a lo largo de 2022, situándose en diciembre en los 20,3 millones, con una media anual de 20,1 millones de afiliados, la más elevada de la serie histórica. En paralelo, el paro registrado ha disminuido en más 268.000 personas a lo largo de 2022, situándose en 2,83 millones, unos 326.000 menos que los contabilizados en diciembre de 2019, antes de la pandemia del coronavirus.

La creación de empleo y la reducción de paro a lo largo de 2022, tras un año completo de vigencia de la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez y respaldada por los sindicatos CCOO y UGT, evidencia el carácter infundado de los sombríos augurios sobre el impacto pernicioso que tendría en el empleo. La reforma, por el contrario, ha contribuido a reducir la elevada temporalidad de los nuevos contratos en España y a dar más estabilidad a los empleos. El número de nuevos contratos indefinidos en 2022 se ha más que triplicado, mientras que los contratos temporales se han reducido en un 35%. Hay que matizar que muchos de los nuevos indefinidos son fijos discontinuos, que siguen siendo afiliados en los periodos que no trabajan, por lo que no se cuentan en las estadísticas del paro. Con todo, la mayor estabilidad en el empleo y la reducción de la temporalidad, junto a la subida del salario mínimo interprofesional en 2022 (también duramente criticada porque dañaría el empleo) han contribuido a mantener un mayor nivel de actividad y crecimiento económico que en otros países de la Unión Europea (UE), pese al entorno difícil.

Sin embargo, los datos laborales de diciembre señalan también la persistencia de asignaturas pendientes. Primero, al acabar 2022 aún hay en España 708.000 parados más de los que había registrados en diciembre de 2007, lo que indica que aún no se ha conseguido reducir el desempleo al nivel previo a la crisis financiera iniciada en 2008. Segundo, la brecha de género en el desempleo sigue sin corregirse: el número de mujeres en paro es un 47% superior al de los varones y durante 2022 el desempleo masculino se redujo en cifras absolutas más que el femenino. Un tercer problema es abuso de los contratos fijos discontinuos, en teoría reservados para el empleo estacional, pero que algunas empresas han convertido en sustitutos de los contratos de obra y servicio para enmascarar el mantenimiento de la precariedad. Los contratos fijos discontinuos representaron en diciembre más del 38% del total de los indefinidos y multiplicaron por 10 su número respecto a diciembre de 2021.

Los datos de diciembre anticipan asimismo las dificultades que afronta España en 2023, con un crecimiento económico más débil y una inflación alta, la prolongación de la guerra en Ucrania, más subidas de los tipos de interés en el horizonte y el riesgo de nuevos encarecimientos de los precios energéticos. La reducción del desempleo y el aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social se ha frenado: la disminución mensual del paro en diciembre ha sido la menor desde 2012, el número trabajadores autónomos se estancó en 2022 debido al cierre de miles de pequeños negocios e incluso en términos desestacionalizados el número de afiliados a la Seguridad Social retrocedió en diciembre, como reconoce el Gobierno.