Sombra ultra en la presidencia de la UE

La derecha celebra su victoria en las elecciones de Suecia.

La derecha celebra su victoria en las elecciones de Suecia. / EFE

Eliseo Oliveras

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La nueva presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea (UE), que asumirá Suecia desde el próximo 1 de enero, estará condicionada por el partido euroescéptico de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD). Pese a las declaraciones tranquilizadoras del primer ministro sueco, el conservador Ulf Kristersson, las posiciones de los ultraderechistas -de quienes depende la continuidad de su Gobierno- impedirán avanzar en el Pacto sobre Inmigración y Asilo de la UE, debilitarán la firmeza europea contra las derivas autoritarias de Hungría y Polonia y las restricciones a la libertad de prensa en Grecia y otros países, diluirán la ambición de las medidas para frenar el cambio climático y obstaculizarán nuevos progresos en la integración política europea. 

Demócratas de Suecia fue la segunda fuerza política más votada en las elecciones del pasado 11 de septiembre (20,5% de los votos y 73 escaños). El Gobierno minoritario del Partido Popular Europeo (PPE) y los liberales sólo suma 103 diputados de los 349 escaños del Parlamento sueco y depende del respaldo parlamentario de la ultraderecha para conservar el poder. Los socialdemócratas fueron el partido más votado en las elecciones (30,3% de los votos y 107 escaños), pero la alianza del Partido Moderado (PPE), Demócratas Cristianos (PPE) y Liberales con la ultraderecha les relegó a la oposición.

Los Demócratas de Suecia basaron su campaña electoral en una visión ultranacionalista muy crítica con la UE y en un rechazo de los inmigrantes. Uno de los puntos fundamentales de su pacto de Gobierno con los conservadores y liberales es endurecer la legislación sobre inmigración y asilo y favorecer las deportaciones y expulsiones de Suecia. Esto obstaculizará avanzar en una gestión común europea de los refugiados e inmigrantes irregulares, alineando a Suecia con Polonia y Hungría, hostiles a cualquier esfuerzo compartido a nivel de la UE.

Negación del cambio climático

El partido ultraderechista se distingue también por negar la evidencia científica del cambio climático, que califica de "nueva religión", como reiteró su líder, Jimmie Akesson, en noviembre en el canal de noticias sueco SVT. Akesson sostiene además que el plan para lograr una economía verde en la UE busca en realidad reforzar los poderes de la Comisión Europea en detrimento de las competencias de los gobiernos nacionales. Las organizaciones ecologistas y medioambientales suecas calificaron el pacto gubernamental de un grave retroceso, que incrementará las emisiones de gases de efecto invernadero en el país en 24 millones de toneladas durante su mandato.

Los tres eurodiputados de Demócratas de Suecia (Peter Lundgren, Johan Nissinen y Charlie Weimers) votaron el 24 de noviembre contra la resolución del Parlamento Europeo que respaldaba congelar las ayudas europeas a Hungría por su violación de la democracia y el Estado de Derecho, como había propuesto la Comisión Europea. Por ello, se espera una mayor tibieza del Gobierno sueco en la cuestión crucial de preservar la democracia dentro de los estados de la UE, en contraposición a la etapa socialdemócrata.

Además de las condiciones impuestas a nivel nacional sueco en el pacto de Gobierno, los ultraderechistas obtuvieron del primer ministro Kristersson el derecho a poder influir en las cuestiones relativas a la UE no detalladas específicamente en ese pacto, según consta en un apéndice secreto filtrado por el medio sueco 'Altinget'.

El programa oficial de la presidencia sueca de la UE es un vago enunciado de buenas intenciones sin apenas detalles, encabezado por los objetivos globales de seguridad, competitividad, transición energética y valores democráticos. La protección de la democracia y el Estado de Derecho en la UE se despacha con obviedades sobre la importancia de preservar la democracia y los derechos fundamentales sin explicar cómo. En energía, una cuestión crucial tras los 18 meses de precios descontrolados que arrastra la UE y los retos de la transición energética, el documento es una mera suma de frases huecas. La cuestión de inmigración y asilo se reduce a unas pocas líneas de un documento de 34 páginas, donde sólo se detallan las expulsiones y la subcontratación del control migratorio a países extracomunitarios. El Gobierno sueco asegura que su objetivo es avanzar en el Pacto de Inmigración y Asilo, pero sin precisar cómo, ni con qué propuestas. Por ello, en medios diplomáticos de la UE se estima que este tema clave quedará para la presidencia semestral de España, que comenzará 1 de julio de 2023.      

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