Crisis migratoria

Alejar a los barcos de rescate de las zonas de salvamento aumentará las muertes

El Gobierno italiano ha aprobado un decreto ley que dificultará las operaciones de salvamento de los navíos de las oenegés

Un grupo de activistas se manifiestan en el puerto de Catania para reclamar el desembarco de todos los migrantes del Geo Barents, este martes.

Un grupo de activistas se manifiestan en el puerto de Catania para reclamar el desembarco de todos los migrantes del Geo Barents, este martes. / ORIETTA SCARDINO

Marco Bertotto

Marco Bertotto

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Imagina un accidente de coche con muchos heridos y ambulancias obligadas a llevarlos a hospitales de otra región. En algún momento no habrá más ambulancias disponibles. Esto es lo que pasará con las nuevas normas impuestas por el gobierno italiano a los buques de las ONG: nos veremos obligados a dejar desprotegidas las zonas de rescate en el mar Mediterráneo, con un inevitable aumento del número de muertes. Según la normativa dictada anoche, los navíos humanitarios no podrán realizar "rescates múltiples" y las embarcaciones deberán dirigirse al lugar indicado sin demora tras la operación de salvamento. Esto se traducirá en que no podrán realizar otros rescates en la zona y tendrán que dirigirse al puerto asignado aunque esté quede lejos de su posición.

A partir de hoy, salvar vidas en el mar será muy difícil. Sin duda, es importante que se asigne inmediatamente un puerto seguro para desembarcar a las personas rescatadas. Pero, por otro lado, como estamos viendo estos días, es probable que el puerto establecido queda muy lejos de la zona de la zona de búsqueda y rescate, como es el caso Livorno o Rávena. Llegar a un puerto en Sicilia suele llevar 24 horas de navegación, para llegar a Rávena al menos hay que emplear cuatro días. Luego están los tiempos de las operaciones de desembarco y el viaje de vuelta: de este modo, un buque corre el riesgo de quedar excluido de las operaciones de salvamento durante 10 días. En los últimos años hemos intentado llenar el vacío dejado por la ausencia de un sistema estatal de salvamento, pero si dificultan nuestra tarea, cuando no la hacen imposible, ¿quién acudirá a salvar vidas?

Propaganda

Acusar de ilegalidad a quienes llevan a cabo operaciones de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo no es más que la confirmación del alto nivel de propaganda sobre esta cuestión. Denuncia una ilegalidad que no existe. En Médicos Sin Fronteras siempre hemos respetado todas las normas. En noviembre, durante el bloqueo de nuestro buque Geo Barents en el puerto de Catania, hicimos públicas nuestras comunicaciones con los responsables de coordinación de salvamentos para demostrar que se respetaban todos los procedimientos. Si alguien tiene la culpa, son las propias autoridades, que no se coordinan y a menudo ni siquiera responden.

Se concentra la atención en la instrumentalización de los rescates, asociándolos a la lucha contra el tráfico de seres humanos, pero distrae de lo que es el verdadero problema y nuestra preocupación: 1.360 personas han muerto en el Mediterráneo central en 2022, en ausencia de un sistema centralizado de rescate. Desde 2014 se han producido 25.000 muertes, esta es la verdadera emergencia.

El decreto va a hacer que los capitanes y las tripulaciones se enfrenten a un dilema ético, entre el deber de prestar auxilio de acuerdo con la ley del mar, y el de respetar las normas dirigiéndose a puerto tras el primer rescate. Y pensar que, hasta 2017, cuando nuestra ayuda se consideraba valiosa y había un mecanismo de rescate probado, a menudo eran los guardacostas los que nos pedían que nos quedáramos en el mar un día más para cubrir una zona y suplir su falta de medios...

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