Ancelotti y los charcos

Soy muy fan de Carlo Ancelotti. Cada rueda de prensa suya es un derroche de inteligencia, astucia, buena educación y saber estar. Todo lo anterior, además, no está reñido con el mensaje, que lo hay siempre. Carletto dice cosas y a veces, como este jueves, hasta sentencia. No suele tener 'colmillo' pero sí las ideas claras.

 Carlo no es un 'bien queda' intrascendente, algo muy de moda, por otro lado, en estos tiempos.Pero tampoco un incendiario, ni un ególatra o un tipo que use el micrófono de forma irónica o para mandar mensajitos con destinatario desconocido.

Tampoco es un narcisista que se dedique a alabarse a sí mismo. Motivos tendría, es el único entrenador que ha ganado las cinco grandes ligas de Europa, y el técnico que más Champions ha levantado, desde que en mayo pasado ganase su cuarta orejona cono técnico.

En la antesala del regreso del Real Madrid a la competición, interesaba la postura de Carlo sobre el 'affaire Benzema'.  ¿Tomaría partido a favor de su jugador dejando en mal lugar a Deschamps?

Ninguna de las dos cosas. Su primera respuesta sobre Karim fue diplomática “volvió el 10 de diciembre y lo vi bien, con una enorme ilusión, jugó 30 minutos en un amistoso y luego 45”. Ante la insistencia sobre la decisión de Deschamps, evitó el conflicto “no entro en la decisión de Francia (…) pensaron que no iba a tener opciones de jugar en todo el Mundial. Aquí volvió motivadísimo, sabe que su primer tramo de temporada no fue bueno”. Recadito sobre el pobre rendimiento del francés hasta ahora y agüita para los que llevan semanas “matando” a Deschamps.

Sobre el augurio de muerte del 'Tiki Taka' derroche de sentido común “siempre he dicho que no hay una única manera de jugar al fútbol, la clave es leer las situaciones del partido, no obcecarte solo con el toque, una contra o un centro te pueden hacer ganar”.

Solo un nombre saca a Ancelotti de su equidistancia, el de Messi. “No saldrá de mi boca un Messi es el mejor de la historia. He visto a los mejores y disfruto de ellos, pero no sé quién es el mejor de la historia.” Y así saltó el último charco.

¿Hubiera respondido lo mismo si Leo hubiese jugado en el Real Madrid en lugar de en el Barça? Nadie es perfecto, ni siquiera Carlo.

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