Artículo de Joaquim Coll

Darse por aludidos

El PP debería contribuir ya a recuperar la normalidad institucional. También en la Moncloa tienen que rectificar esa tendencia a estigmatizar el poder judicial, como si formara parte del bloque de la derecha

Rey Felipe VI

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Joaquim Coll

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Felipe VI fue certero en la descripción de las tres amenazas que se ciernen sobre España: “la división de la sociedad”, “el deterioro de la convivencia” y “la erosión de las instituciones”. Después de su alocución el 3 de octubre de 2017, tras la votación secesionista en Catalunya, este fue su mejor discurso, pese a que no pudo entrar en el reparto de las responsabilidades. Aun así, es evidente que vivimos en una democracia de partidos y ellos son, principalmente, los responsables del deterioro de nuestras instituciones. El problema es que hemos pasado de una fórmula bipartidista a una división en bloques que escinde de forma irreconciliable las derechas y las izquierdas, en alianza estas últimas con las fuerzas soberanistas y separatistas. Bajo el bipartidismo, socialistas y populares pactaban, y aunque estos últimos lo hacían a menudo a regañadientes, pues tanto José M. Aznar como Mariano Rajoy también pusieron palos en las ruedas de la renovación los órganos constitucionales, nunca habíamos asistido a un bloqueo tan largo como el actual.

Además de felicitar al rey por su discurso, el PP debería darse por aludido y contribuir ya a recuperar la normalidad institucional. También en la Moncloa tienen que rectificar esa tendencia a estigmatizar el poder judicial, como si formara parte del bloque de la derecha, lo cual nos conduce a una peligrosa división de la sociedad. Además, los elogios del PSOE a Felipe VI chocan con las descalificaciones que han hecho sus socios en el Gobierno y desde partidos que sostienen a la mayoría parlamentaria, como ERC, cuyo portavoz, Gabriel Rufián, en su ridículo afán de originalidad, ha vuelto a vincular a la monarquía con el espantajo de Franco. ¿Puede hacer algo más el rey frente a la crisis institucional que vivimos? En el terreno de los hechos, claramente no, en el de los gestos, tal vez podría llamar a capítulo al PP y al PSOE e instar a los miembros del CGPJ a que elijan de una vez a sus magistrados para el TC. En cualquier caso, sobran los elogios al rey si los partidos no se dan de una vez por aludidos.

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