Artículo de Carles Francino

Miseria subterránea

El otro día, en las 10 paradas que duró mi trayecto en metro, conté hasta cinco personas que entraron pidiendo ayuda

metro barcelona

metro barcelona / Jordi Otix

Carles Francino

Carles Francino

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tracy Chapman escribió una canción hace 10 años titulada ‘Subcity’ que empezaba con estas palabras: “La gente dice que no existe porque a nadie le gustaría admitir que hay una ciudad bajo tierra”. Me acordé el otro día, en el enésimo viaje en metro por Madrid. No creo que en el vagón viajáramos más de 30 o 40 pasajeros. La mayoría abducidos por el móvil, algún tipo raro –como yo– enfrascado en la lectura de un libro y varios insumisos de la mascarilla, que sigue siendo obligatoria en el transporte público aunque ellos no hagan ni puto caso.

En las 10 paradas que duró mi trayecto conté hasta cinco personas que entraron pidiendo ayuda. Un rapero –me pareció argentino– que acarreaba un enorme altavoz y que tenía bastante chispa. Se mostró educado y nos deseó buen viaje, aunque nadie le dio nada. Otro músico, en este caso con acordeón, que interpretaba melodías navideñas, pasó sin pena ni gloria. Yo no soy de villancicos; así que ni levanté los ojos del libro. Y desde luego nadie aplaudió. Más tarde entró un hombre que tuvo la decencia de no adornar su desgracia: “No voy a decir que tengo hijos que pasen hambre en casa, pero llevo tiempo sin trabajo y necesito ayuda”. Le compré un paquete de clínex. Un euro para mitigar la vergüenza. Antes de llegar a mi destino tuve incluso la oportunidad de escuchar cómo otro hombre de mediana edad se atrevía a recitar un poema, francamente malo. Tampoco triunfó. Y la última en entrar fue una mujer bastante desaliñada con toda la pinta de ser adicta a algo. Aquí ya hubo miradas de incomodidad. Pero justo al salir del metro, el contraste: en plena Gran Vía, a pesar de la lluvia, miles de personas participaban en la borrachera de compras que nos atizamos cada año por estas fechas. Me volví a acordar de Tracy Chapman y de su canción: “Dicen que hemos caído en las grietas, dicen que el sistema funciona, pero que no lo dejamos ayudar. Lo que queremos no son solo limosnas sino una vida honesta. Vivir así no es vivir”.

Suscríbete para seguir leyendo