Artículo de Pere Puigdomènech

200 años del nacimiento de Louis Pasteur

Pocos científicos del siglo XIX han marcado su época como Louis Pasteur por los resultados de su investigación y por las implicaciones para la vida de la gente

Louis Pasteur

Louis Pasteur / Louis Pasteur

Pere Puigdomènech

Pere Puigdomènech

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El próximo 27 de diciembre se celebrarán los 200 años del nacimiento de Louis Pasteur. Nació en la ciudad francesa de Dole en la región del Jura, lo que se conocía antiguamente como el Franco Condado. Estudió Química en la Escuela Normal Superior de París. A sus 32 años ya era decano de la Facultad de Ciencias de Lille. Hombre de unas facultades científicas extraordinarias, hizo aportaciones que cambiaron nuestra visión del mundo en aspectos clave como el proceso de fermentación o las enfermedades infecciosas. Una ilustración clara de la influencia de la ciencia europea del siglo XIX.

La biografía de Pasteur sorprende por la variedad de los temas en los que trabajó y en los que aportó nuevas visiones que tuvieron una gran trascendencia. Como químico, descubrió en un compuesto la existencia de formas que tienen simetrías distintas en el espacio, una propiedad esencial para la química posterior y para entender muchas reacciones que se dan en los seres vivos. Durante su estancia en Lille, los industriales que producían destilados alcohólicos de la región le pidieron que investigara la razón por la que sus productos tenían una calidad muy irregular. Propuso que las fermentaciones son producto de la acción de microorganismos vivos que a veces son levaduras y a veces bacterias, un concepto esencial para entender cómo se producen el vino, las cervezas, los quesos y otros muchos productos de los que nos alimentamos. Desde entonces, su atención estuvo centrada en descubrir microorganismos y sus acciones. Una de sus conclusiones es que los alimentos se conservan mejor con un tratamiento con calor que elimina a los microorganismos. Es lo que llamamos la pasteurización.

Pasteur estudió enfermedades que tenían animales como el gusano de la seda, que había sido muy importante en regiones de Francia. Al mismo tiempo se interesó por enfermedades humanas, entre ellas el cólera y la rabia. En particular, logró que se produjera una vacuna contra la rabia, enfermedad vírica incurable. Esto le produjo múltiples reconocimientos en Francia, donde su fama está bien viva. En nuestro país, su trabajo fue adoptado por algunos médicos como Jaume Ferran, que en medio de una gran incomprensión desarrolló vacunas contra el cólera o la rabia. El Laboratorio de Microbiología de Barcelona ha mantenido su tradición en nuestra ciudad.

Las consecuencias de la investigación de Pasteur son múltiples y no se aceptaron sin controversia. Uno de los debates en los que participó es el que tiene que ver con lo que se llamaba la generación espontánea, según la cual ciertos organismos pueden aparecer en el medio ambiente sin necesidad de la presencia anterior de precursores. Pasteur demostró que esto no era posible tratando los medios a alta temperatura. Se produjo también cierta expresión de rechazo hacia algunas de sus actuaciones porque eran de carácter médico, y él era solo un químico. En cualquier caso, su mensaje de que muchas enfermedades son producidas por infecciones de microorganismos llevó a que se entendiera la importancia de la higiene, una de las prácticas esenciales para la prevención de enfermedades y que más ha contribuido a mejorar la salud humana en los últimos tiempos.

La modernidad de Pasteur aparece en algunos ejemplos. Si bien trabajaba para prevenir o curar enfermedades o ayudar a la producción de alimentos, patentó algunos de sus descubrimientos, como la pasteurización, y sacó provecho de ello. Fundó el Instituto Pasteur, una institución que quiso que fuera de carácter privado y que sigue siendo una de las primeras instituciones europeas de investigación, de la que han salido 10 premios Nobel. Que no haya producido una vacuna contra el covid-19 ha cuestionado algunas de sus decisiones. El Instituto se ha extendido en una red de más de 30 laboratorios, sobre todo en Asia y África. Pocos científicos del siglo XIX han marcado su época como Louis Pasteur por los resultados de su investigación y por las implicaciones para la vida de la gente. Una frase que se le atribuye define bien su carácter: "La suerte solo favorece a los espíritus preparados para los descubrimientos gracias a estudios pacientes y esfuerzos perseverantes".

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