Artículo de Carles Sans Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El último aplauso a Tricicle

Quiero agradecer, en mi nombre y en el de mis compañeros, todo el inmenso afecto que hemos recibido en todas y cada una de las ciudades que hemos visitado, tanto de España como de Catalunya

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Tricicle, en el Liceu.

Tricicle, en el Liceu. / FERRAN NADEU

Todo el Gran Teatre del Liceu en pie. La función, la última función de ‘HITS’, había terminado. Mientras los tres atravesábamos corriendo el patio de butacas sumergidos en calurosos aplausos, tenía la sensación de que acababa de la mejor manera un sueño precioso.

Mucho antes de la pandemia, ya habíamos comentado entre nosotros el futuro que deseábamos. El cansancio, la rutina, algo de la edad y los proyectos profesionales iniciados por Joan y Paco nos conducían al mismo lugar: al adiós definitivo a una aventura que llamamos Tricicle y que a lo tonto conseguimos que perdurase más de 40 años. Cuarenta años de éxito ininterrumpido basado en un género muy personal que cautivó a un público de todas las edades, un valor importantísimo del que siempre nos hemos enorgullecido. Ahora queda atrás la mayor parte de nuestra vida profesional. Para mí, un sueño inimaginable cuando a los 22 años abandoné la carrera de Derecho para estudiar Arte Dramático en el Institut del Teatre de Barcelona. Desde la primera función en 1979 en un pueblo de Girona, pasando por las precarias funciones del Llantiol, un café teatro que nos sirvió de catapulta, hasta llegar a esas cinco últimas funciones del Liceu, han pasado cuatro millones y medio de espectadores. Quiero agradecer, en mi nombre y en el de mis compañeros, todo el inmenso afecto que hemos recibido en todas y cada una de las ciudades que hemos visitado tanto de España como de Catalunya. Un público maravilloso, verdadero sostén de nuestra larga carrera.

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Ahora solo seremos un recuerdo que irá diluyéndose con el paso del tiempo; es lo que tiene la vida, hay que dar paso a quienes nos suceden. Nosotros nos vamos felices porque hemos sido unos afortunados por haber podido vivir de lo que más nos gusta: hacer reír. Ahora es el momento de sentirse realizado como persona única, y no como grupo. Cada uno de los tres mirará en una dirección distinta. Por mi parte, afronto una nueva etapa con un espectáculo en solitario que comienza a ser un éxito.

Gracias a todos por habernos dado mucho más de lo que nosotros os hemos ofrecido. Y sobre todo, no dejéis de ir al teatro.

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