Círculos Concéntricos

Garamendi marca otro tono frente al Gobierno

Reelegido presidente de la CEOE, Antonio Garamendi ha intensificado sus ataques constantes al Gobierno tras haber sido criticado de demasiado tibio.

Antonio Garamendi.

Antonio Garamendi. / David Castro

Martí Saballs Pons

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Nadie podrá reprochar a Antonio Garamendi (Getxo, Vizcaya, 1958) que no dé entrevistas. Desde que inició su mandato hace cuatro años su presencia ha sido asidua en medios de comunicación de toda España. Tan vehemente como formal, en medio de la falta de dirección económica en el PP, tanto él como el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, con otro estilo, se han convertido en los Pepitos Grillos económicos del gobierno de coalición PSOE-Podemos. ¿O no en el caso de Garamendi?

Las opiniones son antagónicas, incluso dentro del empresariado. «Garamendi fue demasiado complaciente con el Gobierno en sus primeros cuatro años. A ver qué ofrece ahora» comentaba un ex vicepresidente de la CEOE en un acto de celebración de Navidad en Madrid. De Garamendi también criticaba su salario, alrededor de 350.000 euros anuales entre fijo y variable; aunque en la organización lo defienden al dedicarse a la presidencia a tiempo completo.

Sus críticos consideran que los 14 pactos con Moncloa y sindicatos de una confederación que representa a 3,5 millones de empresas y autónomos fue un exceso en concesiones. A la postre, el sector crítico no logró su objetivo. Garamendi logró ser reelegido en noviembre presidente de la CEOE con 534 votos a favor frente a los 87 que obtuvo su rival, Virginia Guinda. Esta es la representante en la patronal de la industria papelera y de cartonaje. Fue bendecida para enfrentarse a Garamendi por el presidente de Foment del Treball, la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, miembro de la empresa familiar Conservas Dani y ex político de la extinta CiU.

Las declaraciones no engañan. Garamendi ha intensificado estas semanas sus opiniones contra las últimas decisiones y proyectos que empujan desde Moncloa. Ya sea por parte de las vicepresidentas Yolanda Díaz en el ámbito laboral (salarios) y Teresa Ribera en el energético (impuestos) como en las reformas de las pensiones y cotizaciones que quiere desarrollar el ministro José Luis Escrivá. La luna de miel que pudo haber existido durante la pandemia se ha cerrado. Garamendi ya elogia al nuevo líder del PP, Alberto Núñex Feijóo, aunque la «relación extraordinaria» la tiene con el lehendakari Íñigo Urkullu, a quien definía de «persona muy moderada» en una entrevista a Euskal Telebista.

Garamendi es el quinto presidente de la CEOE, fundada en 1977 bajo el impulso de Foment y que tuvo al empresario Carlos Ferrer Salat como primer presidente. La relación de la CEOEcon los gobiernos ha sido muy dispar. En su informe 'Empresas y política en la democracia', la que fue ex ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera Calvo Sotelo de 2006 a 2009, destaca «la apertura total al diálogo y la colaboración constructiva» de la organización empresarial con aquel primer gobierno del PSOE que salió tras las elecciones del 28 de octubre de 1982. El ministro de Economía Miguel Boyer y Ferrer Salat estuvieron reunidos cinco horas. Éste, junto al banquero Emilio Botín, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Rafael Termes, y el presidente del Círculo de Empresarios, Santiago Foncillas, instauraron fluidas relaciones con el Gobierno de Felipe González que contrastaba con la tirantez habida con los gobiernos de la UCD, que estaba descomponiéndose. 

A Ferrer Salat -empezó a implicarse en la carrera hacia los JJOO de Barcelona- lo sustituyó su secretario general, José María Cuevas, que acabaría representando a los empresarios durante 23 años al ser reelegido en siete ocasiones. Tras agrietarse la relación con el gobierno socialista a partir de 1992, Cuevas -un tecnócrata al servicio de los empresarios, coleccionista de consejos de Administración y buen relaciones públicas- abrazó con fuerza la llegada al poder del PP de José María Aznar en 1996 y lidió sin muchas complicaciones la primera etapa de Gobierno Zapatero. Lo sustituyó en 2007 Gerardo Díaz-Ferran (Viajes Marsans, Aerolíneas Argentinas, Spanair) que dimitió antes de enfrentarse con la justicia y terminó en la cárcel. Su sustituto, Juan Rosell, procedente de Foment, estuvo ocho años en los que tuvo que manejar la crisis económica y lidiar con el proceso independentista catalán. Dedicado a sus negocios familiares, se retiró de la pugna para presidir el FC Barcelona en 2021.

Con Rosell -fue reelegido presidente con una victoria estrecha de 33 votos sobre Garamendi en 2014- se estipuló en los Estatutos de la CEOE (artículo 18.4) que el mandato presidencial no durase más de ocho años. En los próximos cuatro años, además de marcar el tono de la negociación empresarial, Garamendi tendrá otro objetivo: empezar a pensar en un sustituto. Aparte de sus once vicepresidentes, destacan dos nombres más en la organización: Fátima Báñez, presidenta de la Fundación y ex ministra de Empleo en el Gobierno Rajoy; e Íñigo Fernández de Mesa, presidente de la Comisión de Economía de CEOE, presidente del consejo del banco Rotschild y ex secretario de Estado del Tesoro, también con Rajoy en Moncloa.

45 años de jefes patronales

Carlos Ferrer-Salat

(1977-1984)

José María Cuevas

(1984-2007)

Gerardo Díaz-Ferran

(2007-2010)

Juan Rosell

(2010-2018)

Antonio Garamendi

(2018-¿?)

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