Artículo de Jordi Alberich

Navidades, inflación y consumo

Pese a todas las dificultades del momento, empezando por la subida de precios, me atrevo a predecir que el consumo seguirá con la alegría de los últimos meses

Las navidades de la inflación en distintos sectores: "Antes el cliente preguntaba cuánto pesa, ahora cuánto cuesta"

Las navidades de la inflación en distintos sectores: "Antes el cliente preguntaba cuánto pesa, ahora cuánto cuesta"

Jordi Alberich

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Cerca de Navidades, una de las grandes dudas es si la economía seguirá aguantando o si, por el contrario, acabarán por hacerse realidad los negros presagios que, desde la pasada primavera, advierten de una profunda y prolongada crisis. Pese a todas las dificultades del momento, empezando por la inflación, me atrevo a predecir que el consumo seguirá con la alegría de los últimos meses.

Son diversos los datos que invitan al optimismo. Así, la sorprendente fortaleza de la ocupación como bien señala la evolución del mercado de trabajo, que ha asumido sin efectos adversos la reciente reforma laboral que favorece la estabilidad en el empleo, o el nivel de ahorro de las familias, que aún se mantiene en cotas elevadas, tras haber alcanzado niveles récord saliendo de la pandemia. 

Unas cifras que vienen a coincidir con unas actitudes que también favorecen el consumo. Entre ellas, resulta muy relevante que estas serán las primeras Navidades prácticamente libres de covid, tras dos años en que el riesgo de contagio limitó gravemente el ajetreo propio de las fechas. A su vez, personas y empresas se muestran cada vez menos sensibles a los peores vaticinios y más habituadas a asumir la incertidumbre como una incomodidad que ha venido para quedarse. A ello contribuye lo sucedido en este otoño: se aseveraban unos meses dramáticos y, sin embargo, nos adentramos en invierno muy lejos de la hecatombe anunciada. Incapaz nadie, ni los mayores expertos, de predecir el futuro, acabamos por pensar que todo se andará y que, de venir una de muy gorda, ya nos saldremos, como ya sucedió con el coronavirus

Por todo ello, lo previsible son unas fiestas en las que, sin caer es la desmesura de otros tiempos, se recobre dinamismo perdido, para alegría del comercio y la restauración. Lo que pueda suceder después de Reyes es otra historia, hoy impredecible y sujeta a múltiples factores. Así las cosas, a consumir con sensatez.

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