Educación

La Educación Física ya no es lo que era

Ahora tenemos una formación orientada al trabajo competencial, tanto para la motricidad como para la vida cotidiana, que emplea metodologías innovadoras

Gimnastas en una escuela china

Gimnastas en una escuela china / JIANFAN ZHU

Enric Maria Sebastiani

Enric Maria Sebastiani

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Seguramente, cuando pensamos en la Educación Física nos viene al recuerdo nuestra vivencia. En función de la edad, este recuerdo puede ser uno u otro.

Y es que la Educación Física ha ido cambiando, acompañada de la reflexión pedagógica, de las evidencias científicas y de la motivación docente.

No hace muchos años, quizás 50 o 60, todavía podíamos haber vivido aquellas magníficas tablas de gimnasia sueca con los alumnos puestos en fila, ejecutando movimientos acompasados y todo el mundo vestido igual. En aquel momento aquello era considerado un gozo, un ejemplo a lucir y un modelo a seguir.

Estaba claro que este planteamiento iba quedando apartado a medida que se consideraba que la Educación Física no solo tendría que ser aquello, sino que debía incorporar actividades deportivas del momento. Así pues, empezaron a aparecer prácticas deportivas como el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el voleibol ... que ocuparon gran parte del programa de la asignatura, sin dejar de lado elementos de la gimnasia artística y militarista como el salto al plinto, trepar cuerdas suspendidas del techo y/o un supuesto entrenamiento de las capacidades físicas básicas, como correr alrededor del patio, abdominales, flexiones de brazos, salto a pie juntillas o ¡la 'course navette'! ... ¡Qué recuerdos!

Estas actividades, fantásticas todas ellas, iban acompañadas de un modelo pedagógico orientado al trabajo analítico (adiestramiento del gesto técnico) y a la preparación física. La evaluación de la Educación Física, en coherencia, se centraba mucho en estos aspectos.

Lentamente, otras actividades fueron entrando en los programas, como la expresión corporal, las actividades con apoyo musical o las relativas al medio natural.

El colectivo docente, comprometido e inquieto, ha ido reflexionado y haciendo evolucionar el papel de la Educación Física en la escuela (a menudo cuestionado), el rol del docente, las metodologías, las actividades, las formas de evaluación...

La tarea persistente y convencida realizada desde las Facultades en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y las Facultades de Educación, sea desde los Grados o Másteres en Formación del Profesorado de Secundaria y la investigación en los campos de las neurociencias y las didácticas, sobre todo, han ido aportando evidencias, conocimiento, reflexión y prácticas que han ayudado a entender mejor cómo funciona el cerebro, cómo aprenden las personas, la realidad de los centros escolares, el autoconocimiento, que llevan a revisar el enfoque de la materia: desde los objetivos hasta las situaciones de aprendizaje y los modelos de evaluación.

Ahora tenemos una Educación Física orientada al trabajo competencial, tanto para la motricidad como para la vida cotidiana, que emplea metodologías innovadoras; nuevas tecnologías; modelos comprensivos, democráticos e inclusivos para la enseñanza de situaciones complejas; promueve el trabajo colaborativo y es respetuosa con las personas y comprometida con el mundo que lo rodea.

La Educación Física es un elemento socializador que favorece la cohesión social; promueve hábitos saludables y mejora la calidad de vida; acompaña y guía el armónico desarrollo motor; dinamiza los centros educativos y enseña una manera de vivir el ocio; interviene en la construcción de la inteligencia para la motricidad y favorece la comunicación corporal.

En definitiva, esta Educación Física, que ya no es la que era, sin rastro de nostalgia, se confirma como una herramienta privilegiada que sitúa a los alumnos en una experiencia vital que les aporta crecimiento intelectual, motriz, emocional y social, transferible a otras dimensiones de la vida y que hace, sin duda, aportaciones significativas para una sociedad mejor.

La presencia de la Educación Física en las escuelas ya no solo no se tiene que justificar, sino que se reivindica. Ahora, lo tenemos que mejorar incrementándola hasta los parámetros que orienta el Parlamento Europeo (3 horas a la semana), desde la Educación Infantil hasta el Bachillerato. Todos saldremos ganando.

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