Ágora | Artículo de David Cid

Sanidad pública catalana: No somos Madrid, pero debemos dejar de andar hacia Madrid

Los profesionales llevan muchos años en un esprint continuado para garantizar un servicio público, al máximo de pulsaciones, y ya no pueden más

Concentració metges de família

Concentració metges de família / EPC

David Cid

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Estos días, la masiva manifestación en defensa de la Sanidad Pública en Madrid ha situado de nuevo en el centro del debate las reivindicaciones de pacientes y profesionales, no solo en la comunidad madrileña, sino en toda España.

Es cierto que Catalunya hoy no somos el Madrid de Ayuso. Allá la Presidenta de la Comunidad de la “libertad” ha dejado los equivalentes a nuestros CUAP, los centros de atención primaria de urgencias, sin médicos y médicas. Y la consecuencia es que el 40% de la población tiene contratado un seguro privado de salud. Las rebajas fiscales a quienes más tienen son los recortes en la salud de todos y todas, y quien puede pagar marcha a la privada.

Catalunya tuvo su particular Ayuso. Los recortes de Mas y de Boi Ruiz, que sobre todo se concentraron en la Atención Primaria -de cada 5 euros recortados, 3 salieron de la atención primaria-, supuso el cierre de las urgencias nocturnas en muchos CAP de muchos municipios que todavía batallan por reabrirlos, como por ejemplo los vecinos y vecinas de Montcada. Hoy Catalunya es, después de Madrid, el segundo territorio con más mutuas privadas de Salud, con un 32% de la población en 2021.

El presupuesto de Salut destinado a la Atención Primaria pasó del 18% en 2010 al 14% en 2016. Justo en 2022 hemos llegado al 17,9%, todavía lejos de lo que reclaman Marea Blanca, Amnistía Internacional, la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitaria o el Fòrum Català d'Atenció Primària, que es establecer un mínimo del 25% del presupuesto de la Conselleria de Salud.

Sin duda la pandemia ha impactado fuertemente en nuestros CAP y los profesionales sanitarios. Como explicó el Sindicat de Metges en a la Comissió de Salut del Parlament, los profesionales llevan muchos años en un esprint continuado para garantizar un servicio público, al máximo de pulsaciones, y ya no pueden más.

El nuevo 'Conseller' de Salut ha reconocido que solo el 50% de los ciudadanos y ciudadanas tienen garantizada una cita con su médico o médica del CAP en menos de 5 días. Dramático.

Su compromiso es revertirlo y pide tiempo, pues hace apenas un mes que está en el cargo. Es cierto, pero no es menos cierto que desde 2015 de los 4 últimos 'consellers' y 'conselleres' de Salut tres han sido de Esquerra Republicana como él.

La ciudadanía y los profesionales ya no creen en más palabras y quieren hechos. Y desde Comuns tenemos claras las dos prioridades. En primer lugar necesitamos situar el presupuesto de la atención primaria en el 25% del presupuesto de Salud. Sin duda, el sistema nacional de salud necesita más recursos, pero también es cierto que tenemos evidentes problemas de gestión, de prioridades y de modelo. En 2022 ejecutaremos realmente 14.000 millones de euros en la 'Conselleria' de Salud, muy cerca de la demanda de 15.000 millones del sector y marcando un récord histórico. Y como explica el sindicato de médicos, no se nota en ninguna parte. Es más, estamos dejando de hacer cosas que hacíamos antes de la pandemia, seguimos con consultorios cerrados y muchos centros de atención primaria pierden la ginecología o la atención pediátrica, como Sant Joan Despí, Sabadell o Santa Margarida de Montbui. El cambio de modelo a la atención pediátrica, la “concentración”, que en realidad es un recorte, se hace además sin ningún debate, explicación o transparencia.

La segunda gran prioridad es que necesitamos más profesionales sanitarios. Y básicamente esto quiere decir más médicos y médicas y más enfermeros y enfermeras a la Atención Primaria. Y para hacerlo posible es imprescindible mejorar sus condiciones laborales y salariales. Los profesionales que formamos en nuestro sistema marchan o bien a otras CCAA o bien a la sanidad privada. Debemos retener nuestro talento y la inversión que hemos hecho en ellos y ellas para formarlos como lo que son, grandes profesionales y comprometidos con el servicio público. Y no puede ser que tengamos profesionales con diferentes condiciones laborales dentro del Sistema Integral d'Utilizació Pública de Catalunya.

La sanidad pública catalana se encuentra en una situación límite. Y es ahora el momento de dar respuesta, y tenemos la oportunidad de hacerlo con el presupuesto de 2023. Si no queremos ser Madrid, hay que dejar de andar hacia Madrid.