Razones (poderosas) para invertir en Canarias

El Gobierno de Canarias ha organizado en Barcelona una jornada para promover la inversión en las islas. La oferta se basa en cuatro pilares: una fiscalidad reducida, una posición de puente entre Europa y África, una alta capacidad de retención del talento y un clima excepcional. La propuesta trata de diversificar la creación de riqueza más allá del turismo y de aprovechar las ventajas del mundo surgido tras la pandemia que ha generalizado el teletrabajo y ha sembrado el mundo de empresas operadas por nómadas digitales. Estos cuatro ingredientes, al parecer del Gobierno canario, son atractivos para empresas tecnológicas, de servicios, audiovisuales y aeroespaciales. La jugada es inteligente porque permite distinguir a la perfección las ventajas de una fiscalidad especial por su condición insular de lo que se entendería como un paraíso fiscal. En primer lugar porque estamos ante un régimen protegido por los tratados europeos y en segundo lugar porque la oferta se dirige a empresas que generen actividad y puestos de trabajo, no a sociedades radicadas en despachos de abogados.

La propuesta de Canarias puede resultar doblemente interesante para los inversores catalanes. En primer lugar porque resultan intrínsecamente rentables. Y en segundo lugar porque a Catalunya le conviene el desarrollo de cuantos más territorios dentro del Estado. Por un lado porque ese crecimiento puede reducir la presión fiscal sobre los territorios más potentes económicamente y en segundo lugar porque elevar la rentas en esos lugares amplía el mercado primario de las empresas de aquí dentro de la UE. La apuesta de Canarias por la inversión, igual que la de Andalucía, es una buena noticia para la cohesión territorial de España, un asunto del que la prensa de Madrid se ocupa más bien poco y prefiere alentar los enfrentamientos entre comunidades o silenciar reclamaciones tan legítimas como el corredor mediterráneo. Es urgente una propuesta para construir España desde la periferia y no desde el centro. Canarias puede ser para algunos la periferia de la periferia, pero busca aprovechar las oportunidades de la globalización en la era digital como un lugar atractivo para retener talento, bien conectado y con una fiscalidad ventajosa. Un discurso que nada tiene que ver con la subasta fiscal de Ayuso. 

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