NEWSLETTER

#QuieroCorredor

Una zona del corredor mediterráneo en obras, a la altura de Vandellòs, en una imagen de archivo

Una zona del corredor mediterráneo en obras, a la altura de Vandellòs, en una imagen de archivo / JOAN REVILLAS

Albert Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si no han visto el vídeo de la campaña #Quierocorredor les recomiendo que lo hagan. Este lobi pide una cosa muy sencilla: que una línea férrea de ancho europeo conecte Algeciras con la frontera francesa por la cornisa mediterránea. Y que lo haga básicamente para transportar mercancías, desde los productos hortofrutícolas de El Ejido hasta los coches de la Seat de Martorell pasando por las naranjas valencianas, la cerámica de Castelló, los zapatos, juguetes y turrones de Alicante o el gas de Argelia si llega el caso.

Lo han pedido de todas las formas imaginables con sesudos estudios económicos y de movilidad, amparándose en las prioridades de la UE, con trabajos medioambientales... Del lobi se han descolgado en los últimos años los empresarios catalanes por razones políticas y también porque tienen parte del problema solucionado. Pero este jueves vuelven a la carga con un acto en Foment del Treball. Y en esta ocasión han optado por el humor y así hablan de un coleccionable de retrasos de un tren que se construye por entregas. No sé si les harán más caso pero han demostrado ingenio.

Poco antes del plan de estabilización franquista, el Banco Mundial emitió una serie de recomendaciones antes de conceder un generoso crédito. Una de ellas era construir, siguiendo la línea de la costa, una vía de transporte para estimular las exportaciones hacia el norte y el turismo hacia el sur. Los tecnócratas optaron por hacer una autopista y la financiaron con capital privado. Así nació la Autopista del Mediterráneo que dejó de ser de peaje hace unos meses. Hubiera sido mejor el tren. Solo tienen que pasearse por esa vía, ahora de libre acceso, y contemplar la caravana de camiones con uno o dos contenedores cada uno que ocupan el carril derecho. Forman un tren que quema mil veces más combustible. La llegada de la democracia no ayudó. González quiso premiar a Andalucía con la alta velocidad y ancho europeo cuando lo que necesitaban los andaluces eran otras cosas. Y Aznar cumplió el sueño de todo buen funcionario del Estado y creó una red para volver cada fin de semana a Madrid cuando están destinados en provincias. Hay formas menos virulentas de tirarse un tiro en el pie y, de paso, hacer inviable España. Da risa aunque no tenga ninguna gracia.  

Suscríbete para seguir leyendo