Nuestro mundo es el mundo | Artículo de Joan Tapia

Los porqués de un cierto respiro

El encuentro de Bali entre Joe Biden y Xi Jinping indica el rechazo a una nueva guerra fría

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping, se dan la mano mientras se reúnen al margen de la Cumbre del G20 en Nusa Dua, en la isla turística indonesia de Bali, el 14 de noviembre de 2022.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping, se dan la mano mientras se reúnen al margen de la Cumbre del G20 en Nusa Dua, en la isla turística indonesia de Bali, el 14 de noviembre de 2022. / SAUL LOEB

Joan Tapia

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Han pasado poco más de ocho días desde las elecciones americanas de “medio mandato” y, aunque todo optimismo es prematuro pues la fuerte incertidumbre es la gran nota dominante, parece que el mundo respira algo mejor. Por tres motivos. Primero, las propias elecciones. Luego, el encuentro del lunes Joe Biden-Xi Jinping en el marco de la reunión del G-20 en Indonesia. El tercero, la esperanza de que la Reserva Federal americana sea algo menos agresiva en la subida de los tipos de interés. Repasemos, con cautela, los tres motivos de respiro. 

Estaba muy extendida la creencia de que los republicanos -con un agresivo Donald Trump detrás- barrerían en unas elecciones en las que se renovaba toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado y de los gobernadores de los estados. Porque siempre acostumbran a castigar al partido que ocupa la Casa Blanca y porque la alta inflación, que llegó al 9,1%, es la mayor en más de 30 años y daña el bienestar de las familias. También porque la aprobación de Biden (40%) era baja y no superior a la de Obama o Clinton que, aunque luego fueron reelegidos, sufrieron una gran derrota en las ‘midterm’.

Y esta vez el temor era mayor porque el triunfo republicano podía abrir la puerta a un nuevo mandato de Trump en 2024. Y no ha sido así. La inflación y las peores expectativas económicas han pesado, pero no más -sobre todo en el electorado femenino y en el más joven- que las posibles restricciones al aborto tras el reciente fallo de un Tribunal Supremo con mayoría conservadora. Al final, la censura a Biden y al ala más izquierdista de los demócratas ha contado menos que el miedo a una derecha dominada por Trump que intentó -con la invasión al Capitolio- impedir el reconocimiento del resultado de las presidenciales.

Los demócratas mantienen -y aumentan- el control del Senado y los republicanos tendrán una victoria, importante pero pírrica en la Cámara. Pero lo relevante es que muchos candidatos (incluso a gobernadores) promocionados por Trump han mordido el polvo. Y así Trump, que ya ha anunciado que volverá a ser candidato, ha perdido el áurea de triunfador. Los ‘contables’ republicanos anotan que perdió las elecciones ‘midterm’ de 2018, las presidenciales de 2020 y que en 2022 le acaba de salir el tiro por la culata. Y la poderosa cadena Fox y toda la prensa de Murdoch ya apuestan por Ron DeSantis, el reelegido gobernador de Florida que acaba de tener un gran triunfo al superar por 20 puntos a su rival demócrata. Y aunque DeSantis no es un republicano moderado parece más equilibrado y menos divisivo que Trump. 

Tras la derrota de Trump en las elecciones americanas se han abierto nuevas perspectivas. Incluso sobre la guerra de Ucrania

Sería imprudente creer que Trump es ya el pasado, pero su estrella ha palidecido, lo que ha permitido un respiro en la escena internacional. El encuentro entre Biden y Xi Jinping en el G-20 de Bali ha sido relevante. No es que las fuertes diferencias entre China y América vayan a desaparecer -y el problema de Taiwán sigue- pero los dos presidentes han apostado por la distensión al afirmar que no querían una nueva guerra fría y que temen los efectos nocivos de una imprudente desglobalización (ruptura de las relaciones comerciales entre bloques). Y Xi ha insistido en esta voluntad en sus reuniones con el primer ministro de Australia y diversos líderes europeos. Olaf Scholz, tan criticado por su reciente viaje a Pekín, tenía razón. La contención a China debe tener en cuenta los riesgos de la desglobalización.

Además, la distensión entre China y América es condición imprescindible, aunque quizás no suficiente, para que la guerra de Ucrania no se perpetúe. Un Xi enfrentado a Biden habría sido bueno para Putin. En Bali ha pasado lo contrario.

El último punto de respiro es el descenso de la inflación en Estados Unidos que ha 'caído' del 9,1% en junio al 7,7%. Y la vicepresidenta de la Reserva Federal, Laile Brainard, ha declarado que la intensidad de la subida de tipos (en sus últimas cuatro reuniones lo ha subido un 0,75% cada vez) debe suavizarse. Quizás en diciembre suban solo un 0,5%. Las bolsas han tomado nota y han interrumpido su descenso. Y si América frena el alza de tipos, el BCE podría ser más templado en sus próximas decisiones. ¿Será el invierno menos duro? 

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