APUNTE

Mundial de Qatar-2022: 'El show de Truman'

Una imagen nocturna de 'La Corniche' de Doha justo antes de inaugurarse el Mundial de Qatar-2022.

Una imagen nocturna de 'La Corniche' de Doha justo antes de inaugurarse el Mundial de Qatar-2022. / Reuters

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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El escenario, de grandes dimensiones, ya está dispuesto. La obra empieza este domingo y acaba el 18 de diciembre. Un Mundial para verdernos una versión edulcorada de su realidad, con la diferencia de que los asistentes somos más conscientes de lo que era el personaje de Jim Carrey.

La película que te enseñan desde que subes a un avión de su compañía estatal está llena de lujo. Tienen un buen director de arte, y experiencia. No es la primera gran competición que llega a Doha. También han conseguido atraer otros deportes, seguro que porque también vieron una oportunidad para crecer, seguro que nada tuvo que ver tampoco el dinero. En el caso de la FIFA, este Mundial se votó hace años y el peso de los bolsillos, ya saben, nubla criterios como el de la lógica que hacía intuir que las altas temperaturas impedirían un campeonato en verano. Pero todo tiene remedio en esta vida. Todo para que este modesto país también pueda disfrutar de la gran familia del fútbol, ¿verdad? 

Figurantes en el torneo

Hay que agradecerles el esfuerzo porque esos ocho estadios que "solo" han costado la vida de 6.500 trabajadores —según 'The Guardian'— tendrán una vida futura sostenible. La gran masa de aficionados catarís —no hay más que ver cómo llenan los estadios en su ligal— podrá seguir disfrutando de estas modestas instalaciones creadas para la ocasión.

El 'show' está a punto de empezar. Escudriñaremos cada escena, atentos a si los figurantes muestran algún gesto sospechoso mientras nos explican las bondades del régimen. ¿Puede ser que el taxista que nos recibió en el aeropuerto aparezca de pronto como camarero del hotel? Demasiado evidente. No les hará falta.

Tienen suficiente con esos cómplices involuntarios, esos extranjeros que viven en Doha sin ninguna discriminación aparente, porque son heterosexuales, y porque sus mujeres pueden comprar en los centros comerciales sin necesidad de ponerse el pañuelo. Porque resulta que, en comparación, al país vecino, Qatar es un régimen dictatorial, sí, pero solo un poquito.

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