APUNTE

El Barça, en Europa: milagros

Dembelé desborda a sus marcadores en carrera.

Dembelé desborda a sus marcadores en carrera. / JORDI COTRINA

Sònia Gelmà

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No existen, dicen. Y probablemente el Barça ya agotó su cupo en aquella remontada ante el PSG, con un gol de Sergi Roberto que hizo enloquecer no solo el Camp Nou sino el mundo del fútbol. ¿Qué porcentaje de opciones puede tener el débil Viktoria Pilsen de llevarse siquiera un punto del campo del Inter?

Realmente bajo, pero en el deporte a veces suceden estos milagros deportivos aunque, en este caso, a diferencia de aquella noche de marzo del 2017, lo que suceda no dependerá de los futbolistas de Xavi.

Tras imaginar lo peor, las victorias frente al Villarreal y Athletic permiten pensar que este equipo no se rinde, que tiene vida.

Por eso, lo único que pueden hacer es mentalizarse para jugar contra el Bayern con el objetivo de demostrar que, pase lo que pase en Italia, el Camp Nou ha dejado de ser terreno abonado para los alemanes.

No bajar la cabeza

Este miércoles, el equipo de Xavi quizás deba afrontar un partido sabiéndose ya matemáticamente fuera de la Champions, pero no será un partido en vano. Su reto será demostrar su capacidad para recibir golpes sin bajar la cabeza. Teniendo en cuenta los precedentes, que el Barça resista con personalidad, con firmeza, un revés europeo sería por fin un cambio de escenario. Incluso un milagro.

Tras imaginar lo peor, las victorias frente al Villarreal y Athletic de Bilbao permiten pensar que este equipo no se rinde, que tiene vida. Quizás volverá a caer, quizás lo visto hasta ahora no sea suficiente, pero es evidente que Xavi tomó nota de la debacle y ha introducido retoques, ya sea con nombres, ya sea con matices tácticos, que generan nuevas energías.

Veremos si ante el Bayern, Dembelé consigue acertar en tres decisiones seguidas como hizo este domingo. Y no me dirán que su partido ante los vascos, sin prácticamente una equivocación, no les hace recuperar la fe: solo la intervención divina puede explicar la ostensible diferencia entre su partido ante el Athletic y el que se marcó ante el Inter. Seguro que hay razones futbolísticas más simples como argumento pero, si me permiten, todo lo relacionado con el delantero francés requiere un aire místico. 

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