Obituario

Claudio Biern Boyd, el 'gentleman' del palco de Sarrià

Fue usted una buena persona, un buen hombre y un gran perico, Don Claudio. Muchas gracias

Claudio Biern, en 2010

Claudio Biern, en 2010 / Ricardo Grobas

Sergi Mas

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Cuando fuimos niños, ver el nombre en televisión y las iniciales de Claudio Biern Boyd suponía sinónimo de pasar un buen rato, de alegría, y de silencio en el comedor que empiezan los dibujos. 

Posiblemente, aquella alegría que generaba en la pantalla ver su nombre se trasladó, años después, al comprobar que aquellas iniciales tenían alma perica y generar la sencilla regla de tres que si bueno era lo que creaba en la llamada pequeña pantalla, buenas serían las ideas que traería al club para su reconocimiento general.

Y allí estaba Claudio, en su primera etapa en la directiva perica; posiblemente la mejor, la más ilusionante. Que igual por la mañana le daba por crear una serie de dibujos animados de éxito asegurado, que por la noche te presentaba una campaña de socios. Y que para que el acto tuviera repercusión (ahora lo llaman 'likes') inscribía a su hija Claudia antes de haber nacido. 

Recuerdo que una de las campañas que montó la tituló 'El futur és blanc-i-blau'. Ver aquel video hoy en día, 35 años después, nos pondría la piel de gallina por su grado de emotividad. En aquellas imágenes veíamos a un jovencísimo Ernesto Valverde gritándole a cámara y con una sonrisa de oreja a oreja que sí, que el futuro era 'blanc-i-blau'. Y casi acertó, porque 20 años después casi nos hizo ganar una UEFA en Glasgow. Pese a la derrota Ernesto siempre será 'uno di noi'. Siempre. 

Aquella campaña 86-87, la primera de Clemente en Sarrià, fue espectacular, porque no solamente fue quedar terceros en aquella liga del 'play off'. Quedar terceros en la tabla cuando el equipo (y la prensa) hacía todo un peregrinaje para entrenar en Can Salvi, o lo hacía en el mismo Sarrià, y desde luego con sesiones abiertas al público. Con todo eso, quedó tercero, con lo que se desmontan las tonterías actuales de entrenos a puerta cerrada, etc, etc… 

Recuerdo, en estas mismas páginas de El Periódico, aquel Espanyol de Clemente que vislumbraba (han leído bien, he escrito ‘vislumbraba’) con su juego, el gran Juan Terrats titulaba la crónica de un partido: "Compren pericobonos". 

En Can Ràbia sólo le faltó rematar los córners porque hizo de todo: ejerció de portavoz en la época perica menos agradecida, le tocó el marrón de viajar a Inglaterra para ejecutar la tarea imposible de buscar un sustituto a John Lauridsen. Eso sí: también realizaba con el gerente Pedro Tomás los viajes a los sorteos en Zúrich para conocer los emparejamientos de aquella inolvidable UEFA 87-88. 

Claudio formó parte de una época de directivos cuyos nombres perviven en la memoria popular perica: compañeros de viajes, viajes en tren, largas concentraciones y chivatazos a la prensa y nombres como los de Carlos Carenzi, Carles Puig, Pablo Ornaque, Ramón Spa, José María Piera, Ramón Condal, Alejandro Vidal, Juan Segura Palomares, Pepe Navarro, Armando Rojas, Ramón Noguer, Santi Oller, Pedro Tomás, Ferran Martorell… 

 Aquellas sesiones inacabables de junta directiva en Sarrià que finalizaban cuando José María García finalizaba su 'Supergarcía en Antena 3' para evitar declaraciones en caliente; largas noches que para la prensa suponían pura diversión, cuando Juan Segura Palomares, desde su pequeño despacho, nos deleitaba las horas explicándonos un sinfín de anécdotas taurinas.

Si algún día el club se propone rebautizar algunas de las puertas que llevan nombres de futbolistas, o por ejemplo -¿por qué no?- los números de las bocas que dan acceso al graderío, posiblemente algunos prohombres pericos que se dejaron horas y horas por el club de sus amores desde el ámbito de la gestión merecerían también poner su nombre. 

Claudio Biern Boyd fue el mejor en su gremio. El mejor y no hay debate posible. Y nos deja alegrándonos la infancia a varias generaciones. Nos aprendimos las sintonías de todas sus series (imposible no recordar la música y la letra de 'David el Gnomo', o la de 'D’Artacán y los tres mosqueperros') y fue partícipe de la gestión de aquel Espanyol que en su etapa como dirigente levantó la admiración más absoluta en toda Catalunya. En toda. 

Estoy convencido que Claudio ha llegado al cielo para alegrar al personal y hacerles pasar un buen rato a Pardo, a Meler y a Baró. Y también a la familia Lara… Y cómo no, a Guillermo Alfonso Lázaro, y también a Dani Jarque, claro que sí, que con su eterna sonrisa del Maresme nos invitará a todos a que lo hagamos, pese a que algunos tengamos ya una edad. 

Fue usted una buena persona, un buen hombre y un gran perico, Don Claudio. Muchas gracias.