Indicios de la eternidad
Como ocurre con los sueños, cada insomnio es particular y difícil de contar sin aburrir a quien te escucha
Jordi Puntí
Escritor. Autor de 'Confeti' y 'Todo Messi. Ejercicios de estilo'.
Leo en un artículo serio que con la pandemia y el confinamiento aumentó el insomnio entre la población y, de rebote, el consumo de melatonina. Costaba dormir y aquello era una ayuda inofensiva: la melatonina no es una droga, sino una hormona que regula los ciclos del sueño, y la dependencia que crea es muy baja. Puede provocar pesadillas en algunas personas, pero ¿qué era la ficción de un sueño molesto frente a las pesadillas de la realidad en una noche interminable? El insomnio sí es el enemigo. He escrito algunos artículos como este de madrugada, desvelado y tratando de engañar al reloj. Se trata de no ponerse nervioso y evitar ese momento en el que, como decía Nabokov, después de dar mil vueltas en la cama, a la izquierda y a la derecha, uno querría tener un tercer lado para probar suerte.
Como ocurre con los sueños, cada insomnio es particular y difícil de contar sin aburrir a quien te escucha. El hilo de las cavilaciones azarosas se entrelaza con la ansiedad que crece cada hora que pasa. Si hay una autora que ha sabido captar estas sensaciones es Elizabeth Hardwick y su 'Noches insomnes' (Navona). Libro precioso e inclasificable, hecho de fragmentos medio autobiográficos y descriptivos, donde se incluyen cartas, recuerdos y especulaciones, parece reproducir esos devaneos de la mente despierta cuando no es su hora. Pero también desde el detalle: la narradora aloja en su casa a una desconocida, amiga de una amiga, y escribe: “Tras un día de ensoñaciones, Louisa se internaba en sus noches. (...) Se levantaba con un temblor en las manos y daba fe de los dolores, de la indescriptible tragedia del insomnio. Eran epopeyas superfluas y, sin embargo, conmovedoras”.
Esa dispersión medio onírica de Hardwick tiene un eco cómplice en los poemas de Charles Simic, en su libro 'Hotel insomni' (editado ahora en catalán por Edicions del Buc). Leemos el poema 'Assemblea d’Insomnes', por ejemplo: “Hi haurà un escenari i un faristol, | algú s’adreçarà als reunits, | potser Déu en persona, | per dir-nos als que jaiem insomnes | que això és un indici de l’eternitat”.
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