Artículo de Martí Saballs

¿Pero quién llama a estas horas?

La mayoría de ciudadanos hemos empezado a no responder a números de teléfono no identificados que procedan de un teléfono fijo. El riesgo de que sea una llamada importante existe; pero habrá que empezar a asumirlo

Ofertas de empleo en el sector del Contact Center.

Ofertas de empleo en el sector del Contact Center. / SHUTTERSTOCK

Martí Saballs Pons

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Debía de tener 13 o 14 años. Estaba solo en casa, La Bisbal d’Empordà (Girona). Acababa de llegar del colegio. Al cabo de un rato, debían de ser entre seis y siete de la tarde, tocaron el timbre del portal de abajo. Se identificó un vendedor del Círculo de Lectores. Decidí abrirle la puerta. Recuerdo a un señor muy educado, vestido con traje y corbata, con un maletín grande que me llamó la atención. Preguntó por mis padres. Le dije que aún no habían llegado y le invité a pasar. Le ofrecí si quería beber vino. Pidió agua. Pregunté qué vendía. El hombre, hoy me lo imagino muy apurado viendo al joven adolescente desgarbado que tenía en frente, me dijo que representaba una colección de libros. Empezó a enseñar el catálogo de las obras del Círculo. Le dije que me interesaba mucho ser socio, que tenía muy buena pinta. El diálogo se interrumpió con la llegada de mis padres. Recuerdo su mirada de sorpresa. El silencio. El vendedor azorado y yo, feliz como unas pascuas, entusiasmado pidiéndoles a mis padres la oportunidad que suponía hacerse socio de aquel club de lectura tan original.

El vendedor logró su propósito: un nuevo socio; y mis padres vieron a su hijo feliz como unas castañuelas, por el regalo inesperado que le habían dado. No hubo bronca por haberme atrevido a dejar pasar a aquel señor por la puerta de casa, solo una advertencia. Nunca se sabe quién puede ser alguien a quien no conocemos. Aprendí la lección. Guardo como en oro en paño aquellos primeros libros que, una vez al mes, compraba en Círculo de Lectores. Entre ellos, una magnífica edición de 'La guerra del fin del mundo', la mejor obra que he leído de Mario Vargas Llosa, el 'Pedro Páramo' y 'El llano en llamas', de Juan Rulfo y las 'Historias de Cronopios y de Famas', de Julio Cortázar. Unos cuantos años más tarde conocí a Fernando Carro, hoy CEO del club de fútbol alemán Bayer Leverkusen. Fue director general del Círculo y le conté la misma historia. Acabé preguntando por sistemas de venta y de cómo aquella época, donde había también comerciales que vendían enciclopedias a peso en muchas viviendas, se había acabado.

Ha habido y hay estrategias de venta más o menos agresivas, más o menos efectivas y, también, más o menos perjudiciales para quien la lleva a cabo. Hemos pasado de llamar a la puerta para vender libros y enciclopedias, entre otros productos, a las llamadas intempestivas -15.30 de la tarde de un sábado de agosto, por ejemplo- a nuestros móviles para vender cualquier servicio. Compañías de telecomunicaciones , eléctricas, entidades financieras, etcétera. Son llamadas que se suelen realizar desde un teléfono fijo, que empiezan identificando al receptor y, en alguna ocasión, piden el DNI con toda la labia. Como para dárselo. Quien llama, vaya usted a saber desde que 'call center' de qué país, simplemente cumple órdenes y su remuneración depende del número de personas que logra convertir en clientes o que le aumenten el negocio a la empresa. A más llamadas, más opciones de que alguien caiga en sus redes.

¿Benefician estas estrategias a las grandes empresas? ¿Quiénes son los ideólogos de este márketing invasivo? Una decisión que, creo, la mayoría de los ciudadanos hemos empezado a adoptar es no responder nunca a números de teléfono no identificados que procedan de un teléfono fijo. El riesgo de que sea una llamada muy urgente e importante existe; pero habrá que empezar a asumirlo. Son efectos colaterales de unas ventas que nos hacen añorar a los vendedores del Círculo de Lectores.

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