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Cuando le ponemos caras a la guerra en Ucrania

Sasha Kreyn  Sociedad

Sasha Kreyn Sociedad / Juan Carlos Rojas

Albert Sáez

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Casi sin darnos cuenta, acabamos cosificando las guerras y las reducimos a imágenes en plano abierto de bombardeos, planos cortos de edificios destruidos, algunos cadáveres y muchos heridos. Nos cuesta contar la guerra con la crudeza que lo hizo Kubrick en 'La chaqueta metálica'. Pero aún nos cuesta más descomponerla en historias concretas, no solo de muerte y destrucción, sino también, y sobre todo, de vidas truncadas y cambiadas para siempre. Hoy hemos hecho en el diario un despliegue para mejorar nuestra manera de explicar la guerra y ponerle caras. Hemos hablado con un preso que estuvo en una cárcel rusa en Ucrania, con un profesional que ha llegado a España huyendo de la movilización militar de Putin, con otros que se marcharon a Turquía para evitarlo y con algunos que están orgullosos de combatir por Rusia aunque sea la de Putin. Completamos este mapeo con una entrevista a Andrei Kurkov, que acaba de publicar la primera novela sobre la invasión rusa de su país.

Por muchos ángulos que le pongamos, el periodismo nunca puede explicar la integridad de la guerra porque se le escapan los aromas y el tacto de la muerte y de la destrucción. Jorge Semprún describió magistralmente su incapacidad para reconocer antes o después de estar en los campos de concentración el olor a carne humana quemada que inhaló durante su cautiverio. Y Primo Levi murió atormentado por su sentimiento de culpa por haber sobrevivido a una guerra, de la que nos explicó su lucha para no dejarse arrastrar por la cosificación ambiental y cómo cuidaba cada gesto para seguir siendo persona y no convertirse en el animal al que veían sus carceleros.

Los bombardeos, esas bolas de fuego que ponemos a menudo en la foto de portada, los cuerpos inertes de las víctimas... Esa es la inconografía cotidiana de la guerra, pero a los protagonistas que retratamos hoy, y que representan a cientos de miles de personas, la guerra les ha cambiado la vida mucho más que a nosotros, nada volverá ser como antes. Nuestro propósito siempre es poner a las personas en el centro de las noticias y de las historias que contamos. En la guerra es difícil, pero nuestros reporteros lo han conseguido una vez más, para ayudarles a entender más, también la guerra. 

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