APUNTE

¿De verdad quieren que vuelva Messi?

Messi  celebra un gol durante el partido de fútbol del campeonato francés entre Paris Saint-Germain y OGC Nice

Messi celebra un gol durante el partido de fútbol del campeonato francés entre Paris Saint-Germain y OGC Nice / DPPI/Matthieu Mirville

Emilio Pérez de Rozas

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De verdad estamos tan ciegos que nos vamos a creer esta patraña deportiva, económica y mediática que han puesto en marcha Joan Laporta, el ‘camarote’ y cinco periodistas fieles capaces de poner su pluma al servicio del regreso de una antigua estrella y encontrar 10 razones lo suficientemente creíbles como para que millones de culés piensen que es necesario el regreso de ‘D10S’, cuando lo más sencillo, oído y leído lo que hemos oído y leído, es encontrar 10 razones por las no tiene sentido que Leo Messi regrese al Barça.

Es evidente que ni Laporta, ni los miembros del ‘camarote’ que le dicen amen a todo y trabajan para que sus periodistas amigos difundan lo que les interesa, parecen haber leído lo que hemos leído los demás. O sabido lo que saben todos ellos. Y ya veo que no han hablado tampoco con el ‘Tata’ Martino (“sé que una llamada suya al presidente, me pone de patitas en la calle esta misma tarde, pero no me lo demuestre cada día”), Ernesto Valverde o con el bueno (“de Leo Messi prefiero no hablar”) de Quique Setien.

Qué pasa, que Xavi Hernández no sabe lo que significaría volver a meter a Leo Messi en el vestuario del Barça. ¡Por favor, claro que lo sabe! A qué viene ahora esta campaña de Xavi por recuperar a Messi, él que ha sufrido en sus propias carnes, como ‘mister’, qué significa tener en ese vestuario a discípulos adelantados del argentino. ¿Puede ser que esté buscando una coartada, una cortina de humo, por si se le escapa la Champions? Imposible.

¿Y de lo sabido?

Todos los que están maquinando, tal vez por un tema de cargo de conciencia, el regreso de Messi saben cómo se las gastan los Messi, saben que las historias que flotan en la nube sobre el comportamiento de su entorno son ciertas, saben que utilizaba a los masajistas para decirles a los delanteros que Leo estaba molesto con él porque no se la habían pasado para que rematase, saben que las extorsiones sobre el pobrecito presidente eran ciertas y que lo del palco para su familia y Luis Suárez más los 10 pasajes a Rosario son puro chiste comparado con las llamadas de Marcelo a los directores de los periódicos deportivos señalando que a Leo no le gustó tal comentario o tal artículo “y, vigila, porque está en peligro la entrevista de la que te hablé si siguen apareciendo esas críticas”.

Cuándo, no ya el pobre expresidente acorralado, sino los directores de los diarios deportivos contarán como se las gastaba el clan de Messi en el día a día. Cuándo lo explicarán (de verdad) sus entrenadores. “Duermo de un tirón, desde que sé que no me lo tropezaré al día siguiente en el vestuario”, me dijo uno de ellos tres meses después de dejar el Barça. Cuándo lo relatará algún compañero que sintió en sus carnes su dictadura, pese a ganar títulos y engordar su cuenta corriente. Nunca.

Por eso hay quien pretende que vuelva, en lugar de conformarse con el más lindo de los homenajes, el día que el PSG venga a jugar los cuartos de final de la Champions al Camp Nou. No, están haciendo campaña para que vuelvan porque nadie piensa contar la verdad y porque, no nos engañemos, ningún culé quiere saber la verdad.

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