Artículo de Jordi Puntí

Viejos libros nuevos

Esta semana he ido a la Fira y he constatado dos hechos que van unidos: cada año hay menos paradas, pero cada año también mejora la calidad

Parada de la Fira del Llibre d'Ocasió Antic i Modern

Parada de la Fira del Llibre d'Ocasió Antic i Modern / Pere Francesch

Jordi Puntí

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay una lógica natural en que, después de la Setmana del Llibre en Català, en el Moll de la Fusta, Barcelona tenga la Fira del Llibre d’Ocasió Antic i Modern, en el paseo de Gràcia (sigue ahí hasta el domingo). Hojear libros en las paradas de ambas citas es una lección de realismo, sobre todo para los autores y editores. La Fira es el territorio de los libros antiguos, viejos y agotados, de las primeras ediciones, reliquias y tesoros, pero también de los volúmenes que han sobrevivido a crisis editoriales, sellos enterrados y papel guillotinado. No es ningún misterio, pues, que el destino de una parte de los libros de la Setmana será, con suerte, acabar en la Fira. Quizás no sería una mala idea que, con la compra de un título nuevo en la Setmana, los clientes recibieran un vale de descuento para gastar en la Fira. Así se pondría de manifiesto que la vida de un libro es muy larga y en ocasiones pasan años de soledad y polvo hasta que lo adopta un nuevo lector.

Esta semana he ido a la Fira y he constatado dos hechos que van unidos: cada año hay menos paradas, pero cada año también mejora la calidad. La cadena de librerías Re-Read, que venden ejemplares de segunda mano muy baratos, ha desbrozado el camino de los saldos y prácticamente eliminado las rémoras que aparecían cada año. En la Fira aún se pueden encontrar los clásicos que perduran —la Bernat Metge, los volúmenes de la Obra Completa de Josep Pla, la Selecta y la Austral, por ejemplo—, pero ahora los libreros proponen una selección menos obvia y con sorpresas. Además, junto a los que hace años que se dedican con oficio, hay caras nuevas que hablan con entusiasmo, jóvenes que se arriesgan en este mundo difícil para dar salida a su vocación, y el resultado es una oferta más original y única. En una de las paradas, por ejemplo, encontré ejemplares firmados y dedicados por el autor, a un precio aceptable para los coleccionistas. Había títulos de autores como Terenci Moix, Joan Margarit o Guillermo Cabrera Infante, pero también de algún escritor catalán que hace cuatro días firmaba su novedad en la Setmana. 'Sic transit gloria librorum'.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS