Apunte

Catalunya: crisis al cuadrado

El país necesita o un Govern con nuevos socios y estabilidad o elecciones lo antes posible

Jordi Puigneró y Pere Aragonès

Jordi Puigneró y Pere Aragonès / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Agustí Sala

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Si algo debería evitar el Govern de la Generalitat es crear problemas. En especial, en un momento como el actual, con los nubarrones de una posible crisis económica o una fuerte ralentización, en el horizonte, pese a que el crecimiento sigue siendo sólido hasta ahora como consecuencia del tirón del turismo.

A los políticos se les debe exigir que solucionen los problemas, no que los provoquen. Y en la enésima o ¿última? ¿penúltima? crisis del Ejecutivo catalán entre ERC y Junts per Catalunya eso es lo que está sucediendo. Quizás por ello, el 'president' Pere Aragonès empezó su discurso en el que anunció el cese del 'vicepresident Jordi Puigneró, (el que prometió una NASA catalana) pidiendo disculpas a los ciudadanos.

En un momento en el que los Presupuestos para el año que viene son más necesarios que nunca ante la escalada de la inflación y las necesidades de muchos ciudadanos -bien lo sabe el 'conseller' de Economia, Jaume Giró, que forma parte de los miembros del Govern en representación de Junts-, la batalla política, instalada en el Consell Executiu desde el día de la constitución del actual Ejecutivo, no parece lo más adecuado.

Poco ha durado el Govern interesado en gobernar, en tratar de paliar o solventar los problemas de los ciudadanos, que no son pocos. Con esa intención arrancó la legislatura Aragonès, pero la realidad ha demostrado que eso era una utopía en un Ejecutivo en el que unos no se fían de los otros o, lo que es peor, no se pueden ni ver.

Que Junts haya decidido lanzar la pelota a la militancia para decidir si romper o no el Govern no hace más que añadir inestabilidad. Seguir como ahora es como ese juego de pasarse la cerilla con la esperanza de que le queme el dedo al otro.

Ya hay muchas voces que reclaman la búsqueda de nuevos socios que aporten tranquilidad, si eso es viable; o la convocatoria de elecciones con rapidez para que el nuevo equipo pueda trabajar con estabilidad y coherencia. Seguir como ahora no hará más que multiplicar los efectos de una posible crisis económica que puede estar por llegar.

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