Apunte

Patrimonio de conveniencia

Resurge la subasta de medidas fiscales en precampaña electoral, sin un análisis global del sistema tributario y la financiación autonómica

Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.

Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.

Agustí Sala

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Permítanme que tome prestado el juego de palabras que vi en el programa del Gran Wyoming en La Sexta: patrimonio de conveniencia. La polémica desatada por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, al anunciar la bonificación del 100% en el impuesto de patrimonio, al igual que hace la Comunidad de Madrid, se le ajusta como anillo al dedo.

De nuevo los impuestos sirven de reclamo electoral. Y sin un debate y análisis sobre el sistema tributario en su conjunto y sin que el modelo de financiación autonómica, caducado en 2014, se renueve. Y, claro, sin hablar de la otra cara de la moneda: la financiación de los servicios públicos. Porque si se reducen los ingresos lo normal es que se acaben recortando los gastos.

Con la medida de Patrimonio se beneficia a pocos contribuyentes, pero con el márketing de que se apuesta por recortar impuestos . Y eso, al menos de entrada, va en detrimento de la mayoría, a la espera de que esta ventaja acabe dando esos supuestos frutos en forma de atraer más capital y, por tanto, más recaudación. Está por ver que pase en un momento en el que la economía pierde gas.

En respuesta, el Gobierno ha resucitado un gravamen a las grandes fortunas de carácter temporal, como el previsto para la banca o las energéticas, que le reclamó en su día Unidas Podemos.

Sería más razonable tratar el sistema tributario en su conjunto, la financiación autonómica y comparar la presión fiscal española con la de otros países, o al menos la de aquellos países a los que aspiramos a parecernos. Según los datos de Eurostat de 2020 (los últimos comparados), la porción que los impuestos suponen de la riqueza total era del 37,5%, frente a, por ejemplo, el 41,7% de la zona euro. El presidente Pedro Sánchez abogó desde Nueva York por debatir primero qué estado del bienestar queremos para determinar los ingresos necesarios. Y no le falta razón.

Es verdad que un gravamen como el de patrimonio apenas existe fuera de España, pero hace falta un debate sosegado y global. Lo demás son intereses y propuestas de conveniencia (electoral).

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