Artículo de Verónica Fumanal

Las 15 de la selección

Duele ver como algunos se permiten el lujo de tachar a estas mujeres de chantajistas

Las jugadoras de la selección femenina de fútbol celebran un gol.

Las jugadoras de la selección femenina de fútbol celebran un gol. / @sefutbol

Verónica Fumanal Callau

Verónica Fumanal Callau

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Las deportistas en general, pero las futbolistas en particular, están acostumbradas a sufrir uno de los mayores márgenes de desigualdad que se conoce: mientras ellos son estrellas multimillonarias, ellas tienen que pelear por tener algún tipo de remuneración; mientras ellos son referentes sociales (aunque no todos cumplan con Hacienda) ellas no tienen ni la credibilidad para opinar sobre sus entrenadores y técnicos. Para saber si existe un caso de discriminación solo hay que poner la situación en el género contrario. ¿Qué pasaría si 15 futbolistas de la selección española pidieran la destitución del entrenador por motivos de salud?

Siempre es bueno reconocer la evidencia, la mayoría de las sociedades occidentales como la española hemos avanzado mucho en igualdad, no podemos comparar nuestra situación con la de nuestras madres o abuelas. Y en mi opinión, de lo más importante que hemos alcanzado en la lucha feminista es la conciencia colectiva que tenemos la gran mayoría sobre la necesidad de seguir avanzando hasta el día en que el feminismo no tenga razón de ser, porque ya no sea necesario. Hasta entonces, hay que seguir peleando por conseguir una sociedad igualitaria, en la que ellos y nosotras seamos tratados con igualdad. Por ello, hoy quiero reflexionar sobre la situación de la selección española de fútbol femenina. 

El fútbol es uno de los ámbitos más masculinizados; mientras en la Liga masculina es una de las mejores retribuidas del mundo, la femenina esta temporada se estrena como liga profesional y ha empezado con las árbitras y asistentes plantándose por no tener una remuneración adecuada. Si vamos al terreno de los jugadores la cosa se desmadra. La jugadora mejor pagada del mundo, está en el Chelsea y gana 513.000 euros al año, mientras que el jugador mejor pagado del mundo cobra 48,9 millones. 

Pero si la brecha salarial y el prestigio social de los jugadores y jugadoras es de una desigualdad inmensa, la devoción por el deporte y por la competición se podría presuponer que es mayor en ellas, porque a pesar de no poder alcanzar los estándares bajos de la tabla de retribuciones de los hombres, ellas juegan, compiten y desarrollan sus carreras como pueden - sin entrar en la conciliación-, por ello, aunque solo sea por ese esfuerzo, deberían ser, al menos, escuchadas. 

¿Qué hubiera pasado si en la selección española Piqué y Sergio Ramos hicieran un comunicado conjunto pidiendo la destitución del seleccionador por motivos de salud emocional? Pongámoslo en la situación de que no son 2, sino 15 seleccionados. La respuesta es tan obvia que duele ver como algunos se permiten el lujo de tachar a estas mujeres de chantajistas. Habrá que recordarles las condiciones en las que compiten estas mujeres. Para chantaje el que hacen algunas estrellas del fútbol a los clubes para renovar sus contratos con condiciones que van desde lo económico a lo que se les antoje como posible. Y nadie se cuestiona si esos contratos son un chantaje, al contrario, se les admira por ponerse en valor. 

Si la selección española te convoca no puedes decir que no, porque tu club puede sancionarte. Ese es el chantaje al que están sometidas las 15 mujeres que han decidido que su voz valga tanto como las de los hombres, futbolistas que quieren ser iguales que sus compañeros al menos en el derecho a ser escuchadas como plantilla, porque pareciera que se les quiere quitar el derecho a tener criterio técnico. La diferencia es que jugadores importantes que han decidido hacer caer a un entrenador no han necesitado hacer piña con una decena más de su club, ni si quiera hacer un comunicado, les ha sobrado con filtrarlo a comentaristas/ periodistas deportivos: “malestar en el vestuario” y tras esta noticia, hemos visto caer a entrenadores como moscas… ¿Es más fácil relevar a uno o relevar a 15? Pues parece que si en lugar de ellos, son ellas, es más fácil relevar a 15 mujeres, que relevar a uno de ellos. Y encima, les exigen pedir disculpas. Venga ya. 

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