Artículo de Marc Lamuà

El valor del diálogo, la importancia de la Cultura

Rodaje de la película 'Alcarràs', de Carla Simón, en julio de 2021.

Rodaje de la película 'Alcarràs', de Carla Simón, en julio de 2021. / LLUÍS TUDELA

Marc Lamuà

Marc Lamuà

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Tenemos el PP en el Congreso de los Diputados instalado en un permanente berrinche, cada día por una cosa distinta, pero no deja de tener motivos de enfado. La semana pasada tuvieron un buen berrinche a cuenta de una moción presentada por el grupo de Esquerra Republicana sobre el audiovisual en Catalunya, pero el texto era fácilmente extrapolable a todo el audiovisual español.

Con una cierta paciencia, comprensión y generosidad, varios grupos pactamos con el proponente una redacción final que generó un amplísimo consenso. Hay veces que es más fácil que otras el camino del diálogo, pero siempre sienta muy bien cuando se recogen sus frutos. Porque en el pacto, en el encuentro, en los esfuerzos que cuesta llevarlo a cabo, nadie sale con todo lo que entró, pero todos salen más fuertes y mejores. Más importante todavía, quienes más beneficiados salen, siempre, indefectiblemente, son nuestros ciudadanos.

Es cierto que alguien podría argumentar que como no nos íbamos a poner de acuerdo para defender a uno de los sectores más representativos de nuestra cultura como es el audiovisual, o como los grupos políticos catalanes no íbamos a estar de acuerdo en apoyar al máximo nuestro sector cuando está generando éxitos apabullantes como 'Pa Negre' o 'Alcarràs'. Pero debemos recordar que en Catalunya llevamos muchos años con algunos instalados empecinadamente en el todo o nada, en el sí o sí, con lo que llevamos muchos años de nada de nada. Si el audiovisual, u otros tantos sectores culturales o de otro tipo, sirven para romper esa dinámica, no duden que el PSC estará el primero en la fila. Para hablar, dialogar, pactar, acordar, para acabar con esa Catalunya de compartimentos estancos y enfrentados, los y las socialistas pondremos cada día toda la carne en el asador.

Ante este panorama alguno se podrá preguntar porque, ante un hecho positivo como este, andaría el PP enfurruñado como un preescolar al que le han quitado su juguete favorito en clase. Pues porque la Cultura suele ser un buen marcador para ver las tendencias generales, y encontrarse una Catalunya que dialoga y acuerda entre todas sus fuerzas políticas, no es bueno para el PP en España, porque tener una cultura que aúna a todos los catalanes y catalanas y no los segrega es un problema para el PP.

Porque cuando Feijóo deambula por Catalunya, esa en la que el PP es prácticamente extraparlamentario y sus concejales son casi tan raros de encontrar como los unicornios, y nos habla de que “proteger el catalán es compatible con la cordialidad lingüística” sabe que los catalanes no olvidamos lo que hicieron sus gobiernos en Galicia, como se cargó el pacto transversal por la lengua gallega del gobierno de Touriño, como ha diezmado infatigablemente la lengua gallega, como su cordialidad lingüística ha sido recortar a la mitad el presupuesto para el fomento de la lengua en Galicia o rebajar más de 45 millones de euros el presupuesto en Cultura.

Para el PP la Cultura es un engorro en general, la reducen a una secretaría de estado cada vez que gobiernan y reducen en cuanto pueden sus dotaciones; pero además en materia lingüística todo lo que sea plurilingüismo les repele, como muestra Feijóo que ha diezmado su lengua en su tierra. ¿Qué podríamos esperar de esta derecha en el poder? Pues lo que ya nos mostró en Castilla y León, prefiere entregar la Cultura como sacrificio al altar de la extrema derecha, porque para el PP, la Cultura, es un engorro.