Artículo de Pere Puigdomènech

El impacto energético de la investigación

Algunas de las maneras que tenemos de hacer ciencia pueden tener efectos sobre el clima y deberíamos buscar soluciones para disminuirlos

Panorámica del detector CMS.

Panorámica del detector CMS.

Pere Puigdomènech

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La investigación científica se plantea cuestiones muy diversas, que van desde la estructura de la materia o la evolución del Universo hasta el funcionamiento y las patologías de los organismos biológicos. En estos momentos, uno de sus objetivos prioritarios es el estado del medioambiente y los cambios que observamos en él. Uno de los resultados que mayor impacto tiene en estos momentos sobre nuestra sociedad es el de los efectos que tienen nuestras actividades sobre el clima y, en particular, aquellas relacionadas con la producción de energía. Para tratar de encontrar soluciones a esta cuestión se están analizando cuáles son las actividades que más pueden estar afectando al clima, y la actividad científica misma no podía quedar fuera. Puede que algunas de las maneras que tenemos de hacer ciencia tengan un impacto sobre el clima y deberíamos buscar soluciones para disminuirlo.

Han ido apareciendo últimamente varios análisis sobre el impacto de la investigación científica sobre el clima. Esto tiene que ver, por ejemplo, con los grandes instrumentos de investigación que necesitan utilizar cantidades de energía muy significativas. Por ejemplo, se ha calculado que el gran laboratorio del CERN en Ginebra, en sus momentos de actividad máxima, requiere una cantidad de electricidad similar a la de una ciudad de 250.000 habitantes. También las sociedades de Astronomía se están preocupando por la energía que necesitan la construcción y el mantenimiento de los grandes observatorios.

Una cuestión que ha ido surgiendo en los informes sobre cambio climático es el uso muy significativo de energía por los supercomputadores, y en particular los necesarios para mantener redes sociales y las grandes bases de datos que hacemos servir para todo tipo de usos. De hecho, algunos de estos grandes ordenadores se están instalando en lugares de clima frío para minimizar los gastos de refrigeración. Ha sido calculado que la energía a producir para mantener en marcha los ordenadores de lo que llamamos 'la nube' emite más gases a la atmósfera que la aviación comercial, que es objeto de grandes críticas. Es posible que la expansión de la inteligencia artificial empeore las cosas por su necesidad de enormes bases de datos. Todo esto es un factor que se está teniendo más en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre las grandes infraestructuras científicas.

En los entornos científicos también se discute el impacto de las emisiones de dióxido de carbono de las reuniones y congresos científicos. A veces, algunos de estos congresos, también los médicos, reúnen a miles de personas que llegan de todas partes. Existen comisiones o comités que se citan, en ocasiones, con frecuencia, y hay voces que cuestionan el interés real de algunas de ellas y si vale la pena hacer viajar a tanta gente cuando los beneficios pueden no justificarlo. Durante la pandemia se han desarrollado medios informáticos de reunión que han demostrado su utilidad, aunque también sus limitaciones. Existe todo un movimiento entre los investigadores, sobre todo los más jóvenes, para que viajes y congresos se justifiquen adecuadamente y se utilicen los medios telemáticos siempre que sea posible.

Está claro que la ciencia no puede quedar ausente de las acciones que todos llevamos a cabo para reducir nuestro impacto sobre el clima. Ciertos experimentos o equipamientos científicos necesitan un gran gasto de energía. Algunas actividades, como reuniones y congresos, implican desplazamientos de mucha gente, lo que significa a veces tomar el avión a grandes distancias. Si los científicos vamos insistiendo en que debemos reducir nuestro gasto de energía y combustibles fósiles, no podemos permitir al mismo tiempo que la actividad científica utilice unos recursos que no estén bien justificados. Por esta razón, desde diferentes foros se está proponiendo que cuando se convoquen reuniones o congresos se justifique su necesidad, que cuando se evalúe una propuesta de investigación se tenga en cuenta su coste en emisiones de gases de efecto invernadero y que cuando prioricemos un proyecto sobre otro tengamos en cuenta, entre otros factores, el impacto que puede tener sobre el medioambiente. Puede ser una cuestión de coherencia.

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